OPCIONES PARA TODOS LOS BOLSILLOS

Cómo tener una piscina low cost para refrescarte este verano

La llegada del verano hace que, como todos los años, muchos volvamos a la ilusión de tener una piscina en nuestro jardín para refrescarnos con las altas temperaturas. Sin embargo, con toda probabilidad, la principal razón que nos frena es el presupuesto.

ondacero.es

Madrid |

Un pato de goma flotando en una piscina | .

Por lo general, pensamos que tener una piscina es un lujo que no está al alcance de todos los bolsillos; y, aunque en algunas ocasiones es así, también existen formas de construir una piscina con unos mínimos ahorros. A continuación, te damos algunas opciones para que puedas refrescarte en verano sin quedarte en números rojos.

Piscinas de plástico desmontables

Las piscinas desmontables de plástico son seguramente la opción más económica y la más sencilla si no queremos meternos en obras en nuestro jardín. Lo único que necesitaremos, además de la propia piscina, es un tapiz para colocarlo sobre el césped y bajo la piscina. Hace unos años, este tipo de modelos podían parecer de baja calidad, pero en la actualidad hay gran variedad con acabados muy cuidados.

La mayor ventaja que presentan estas piscinas es que permiten desmontarla y guardarla una vez que ha acabado el verano para recuperar el espacio que ocupan en el jardín. El problema que tienen es que estropean el césped sobre el que la instalamos, por lo que tendríamos que plantearnos arreglarlo o sustituirlo de cara al invierno. En cualquier caso, son la forma más fácil y económica de refrescarnos en verano.

Piscinas de PVC o aluminio

Las alternativas en PVC o aluminio son similares a la anterior, en el sentido de que no necesitan obra en casa, pero están constituidas por materiales más resistentes. De las dos, las lonas de PVC son las más baratas, pero también menos duraderas que el aluminio (con el tiempo suelen generar agujeros o averías). Las piscinas de aluminio son un poco más caras pero representan una mejor inversión a largo plazo, ya que se trata de un material ligero pero que soporta el peso del agua sin problemas. Si aún así se salen de nuestro presupuesto, podemos recurrir a solicitar los préstamos rápidos de Moneyman para asumir los costes en pequeños plazos.

Piscinas enterradas más económicas

Si no nos convence que la piscina no esté a ras de suelo, hay algunas opciones para tener nuestra piscina enterrada sin llegar a gastarnos lo que cuesta una piscina de obra clásica.

En la primera opción hay que recurrir al hormigón, que es el material más habitual en piscinas y procura duración y un buen envejecimiento, pero recortando en el tamaño para que no se dispare el precio. Es la mejor forma de conseguir por un precio asumible todo lo que nos ofrece una piscina. La desventaja principal es que, si nos gusta nadar, se va a quedar corta. También puede resultar pequeña para que los niños jueguen.

La otra opción en cuanto a piscinas enterradas sustituye el material por otro material más económico. En el mercado podemos encontrar piscinas que se venden de fábrica como una pieza única, por lo que tan solo hay que hacer el agujero, y la instalación es más rápida y barata que con la construcción de una piscina de hormigón. Estos modelos permiten vaciarla en invierno para mantenerla en buen estado, y además no le aparecen algas porque no tiene juntas. Si sufre alguna avería, su reparación es sencilla y se realiza con el mismo material del que esté hecha. En general, se trata de la opción más parecida a la piscina tradicional, reduciendo su coste.