Así consta en la sentencia, fechada a 3 de julio y a la que ha tenido acceso Europa Press, donde, tras un estudio detallado del caso, el Tribunal concluye que el acusado era un profesor "querido y valorado", y su relación con sus alumnos era "cercana y cariñosa"; organizaba fiestas en la academia, así como viajes de estudios, y en verano, barbacoas en su casa, "sintiendo por él todas las denunciantes una admiración superior a la normal".
Según el tribunal, esa cercanía que tanto ponía en práctica la aprovechó el acusado "para tocarlas y satisfacer su deseo e impulso sexual, comenzando con besos, abrazos, cosquillas, hasta ir aumentando los toqueteos progresiva y gradualmente en el tiempo, poco a poco, llegando a manosear piernas hacia ingles y zona vulvar e interior de los muslos, espaldas, senos y nalgas".
De hecho, añade que llegó a restregar "en alguna ocasión su pene en sus espaldas o llevando el acusado la mano de alguna de ellas a su miembro, por fuera de la ropa". Asimismo, "llegó a introducir sus dedos en la vagina de algunas de ellas, escudándose muchas veces en la necesidad de llevar a cabo correcciones posturales mientras estaban sentadas tocando el piano".
En otras ocasiones, aprovechando la atención de los alumnos/as a la pantalla donde se proyectaban -en penumbra- audiovisuales musicales, llevaba a cabo también tocamientos sobre las menores, a quienes sentaba a su lado.
Individualizadamente la sentencia analiza la conducta que se llevó a cabo sobre cada una de las víctimas que se recogen en los hechos probados. Solamente sobre dos de ellas no se considera acreditada la conducta. En un caso, dada la retractación total en el acto del juicio de cuanto había declarado hasta ahora en el sumario, y en otro, dada una insuficiencia de prueba a la luz de las exigencias que ya se han comentado; especialmente en cuanto a los elementos corroboradores.
La Fiscalía había pedido 69 años
En el juicio, que se celebró a puerta cerrada, el representante del Ministerio Fiscal pidió 69 años de cárcel por catorce delitos de abuso sexual. El profesor estuvo en febrero de 2014 dos meses en prisión preventiva.
Además, solicitó al Valdeluz y a su aseguradora, Mafre, el pago de 270.000 euros a siete menores por los daños morales. Y reclamó 240.000 euros al acusado y a la academia Melodía Siglo XXI como responsable civil subsidiario.
Andrés D.D., que impartía clases de Ética, Religión y Música, afirmó en el juicio que la acusación "falsa" que ejercen las catorce exalumnas se debía a tres motivos: a que tenían "demasiadas" hormonas adolescentes; a su deseo de conseguir dinero a través de la indemnización que se le imponga y; a "una venganza" de las chicas hacia su mujer.
Pese a esta tesis, las víctimas fueron ratificando a lo largo de las sesiones los abusos sexuales. Muchas de ellas manifestaron que no denunciaron los hechos cuando pasaron porque tenían mucho cariño a la esposa del acusado, quien dirigía la academia donde habrían sucedido la mayoría de los abusos.
De besos a tocamientos
El profesor trabajó en el colegio Valdeluz desde 1999 donde impartía Ética, Música y Religión. Además, era también tutor de algunos cursos de Bachillerato e incluso regentaba una academia de música en un local próximo al centro escolar donde impartía clase a algunas menores que eran también alumnas suyas en el Valdeluz.
Durante el transcurso de las clases, según el relato del fiscal, "aprovechando su superior situación de docente sobre las menores" y la privacidad de las clases individuales que impartía, el acusado "siempre con la intención de satisfacer su deseo sexual" fue desplegando conductas sobre las menores que "progresivamente" pasaron de besos a caricias en las piernas y tocamientos.
Incluso, les incitaba a que le tocaran sus genitales "y llegando en algún caso concreto a introducir sus dedos en la vagina de las menores".
Pero en su última comparecencia judicial, Andrés D.D. negó haber cometido esos abusos, se ratificó en su inocencia y aseguró desconocer los motivos que llevan a las menores a señalarle, pues su relación con las alumnas era "cordial" y "correcta" y no cree que existiera una especial animadversión de las chicas hacia él.
El profesor, único acusado del caso y detenido el 11 de febrero de 2014, estuvo dos meses en prisión preventiva, pero el juez decretó posteriormente su libertad condicional, con obligación de comparecer en el juzgado los días 6 y 20 de cada mes, la retirada del pasaporte y la prohibición de acercarse al centro educativo.