Los hechos sucedieron en marzo del año pasado en un paraje conocido como El Monte Encinar de la localidad de Olite, donde una patrulla de la Brigada de Protección Medioambiental de Policía Foral recibió el aviso de un ciudadano que había escuchado disparos de escopeta.
Los agentes descubrieron entonces al vecino de Olite que acababa de matar de un disparo a un perro, cuyo cadáver había enterrado en las cercanías. Agentes del Grupo de Investigación Medioambiental (unidad de Policía Foral especializada en la investigación de este tipo de delitos) se hicieron cargo de las diligencias, iniciando un procedimiento penal (investigándole como presunto autor de un delito de maltrato a animal doméstico) y otro administrativo (por la inadecuada gestión del cadáver del animal).
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Tafalla condena al joven "a la pena de prisión de 8 meses, así como a la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a obtener o mantener licencia de armas y su tenencia y porte durante el tiempo de la condena".
Además, la condena añade la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión que tenga relación con animales, señaladamente el ejercicio de la caza utilizando animales, así como para la tenencia de animales durante el plazo de 16 meses.