Así se recoge en una sentencia de la Audiencia de la Audiencia Provincial que desestima el recurso que el acusado presentó contra la dictada por el Juzgado de Menores en abril pasado, que lo condenó también a indemnizar, junto con sus padres, al agente en 4.300 euros por los daños y perjuicios sufridos.
El Juzgado, en la resolución que ahora se confirma, declaró probado que los incidentes, en los que participaron otras personas mayores de edad, ocurrieron en la madrugada del 28 de diciembre de 2016 y se iniciaron cuanto dos policías locales, atendiendo el requerimiento hecho por los vecinos, que estaban molestos por los ruidos, acudieron al lugar.
Tras dejar el vehículo oficial a cierta distancia, se acercaron a la vivienda para pedir a sus moradores que bajaran el volumen de la música, pero se encontraron con un recibimiento amenazante y de amedrentamiento, hasta el punto de que se vieron obligados a pedir refuerzos.
El grupo de personas que había salido de la casa, de edades comprendidas entre 16 y 40 años, se dirigió en actitud agresiva hacia los agentes, y entre ellos se encontraba el joven cuya condena se ve ahora confirmada por la Audiencia Provincial de Murcia.
Aunque los funcionarios policiales trataron de calmarlos, aquellas personas mantuvieron su persecución, tirándoles piedras y gritando que los iban a matar.
El Juzgado declaró probado que los agresores, alrededor de una decena, entre ellos, el entonces menor de edad, se dirigieron hacia uno de los policías, "con conocimiento de la intención de muchos de ellos de causarle la muerte", comenzaron a darle puñetazos y golpes por varias partes del cuerpo, principalmente en la cabeza y la espalda.
Además, intentaron arrebatarle su pistola reglamentaria, para regresar a la casa cuando presumieron que iban a llegar refuerzos policiales.
La sentencia señalaba que algunos de los golpes fueron dirigidos a zonas vitales, por lo que la vida del agente "se hubiese visto comprometida seriamente de no ser atendido de forma urgente por los servicios sanitarios".
Como consecuencia de la agresión, el herido sufrió lesiones que tardaron en curar dos meses.
La sentencia condenó al joven como autor de un delito de atentado a agente de la autoridad en concurso con un delito de homicidio en grado de tentativa.