Las festividades navideñas son, para muchas personas, un gran cúmulo de comidas copiosas, celebraciones y encuentros sociales: aunque los festejos son siempre momentos de evasión y diversión, el exceso de alcohol y de comidas puede pasar factura a nuestro cuerpo en los días posteriores a las fiestas. Es importante pasarlo bien durante las festividades, pero también es importante seguir unas pautas de autocuidados, para reducir la factura de los excesos en Navidad.
Comidas: mejor repartirlas que ayunar
La degustación de comidas y manjares navideños es uno de los principales atractivos de estas fiestas: sin embargo, existen muchas personas a las que les preocupa ganar unos kilos de más, o sufrir de problemas de acidez o indigestión. Estos son algunos consejos para combatir estas preocupaciones:
- Evita los atracones: Es mejor realizar varias comidas moderadas a lo largo del día que pasar largos períodos sin comer. Si acudes a una cena en ayunas, comerás con mayor ansia por saciarte, y correrás el riesgo de sentir pesadez en el estómago o de que los alimentos no te sienten muy bien.
- No comas de la fuente: Es muy habitual que determinados alimentos se sirvan, durante las cenas, en fuentes "en el centro" de las que se suministran todos los comensales. En lugar de coger directamente de la fuente, es recomendable trasladar la comida hasta el plato propio para saber, en todo momento, la cantidad que estamos comiendo.
- Come despacio y mastica bien los alimentos: Los encuentros navideños están pensados para disfrutar, y no hay por qué comer a toda prisa, pues normalmente hay comida suficiente para todos. Comer despacio y masticar bien no solo te ayudará a disfrutar más los alimentos, pues también te servirá para evitar atragantamientos.
- Bebe mucha agua: No es extraño que los exquisitos platos navideños se vean acompañados de agua, el vino, el cava, el champán y otras bebidas espirituosas: sin embargo, no tenemos que dejar de lado el agua, que nos ayudará a saciar nuestra sed y a mantenernos hidratado durante los largos encuentros.
- Alcohol, con moderación: a mucha gente le gusta consumir alcohol durante las fiestas, en pleno ambiente festivo. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que el exceso de alcohol es nocivo para la salud y, sobre todo, que si bebemos alcohol no debemos conducir.
- Disfruta: Los festejos navideños suceden solo durante dos semanas al año y su objetivo, por encima de todo, es divertirse: no te fuerces a comer de más - o de menos- si el cuerpo te lo pide, intenta sentirte cómodo durante la cena y evita sentimientos de culpa.
Deporte, también en Navidad
Conseguir adoptar una rutina de ejercicio es un proceso en ocasiones difícil, que requiere de entrega y determinación. Sin embargo, son muchos los aficionados al deporte que deciden tomarse unos días libres durante los festejos navideños: esto es totalmente válido y, de hecho, si estamos acostumbrados a hacer ejercicio, no nos costará mucho retomar los entrenamientos tras la Navidad.
Sin embargo, podemos aprovechar el tiempo entre compromiso y compromiso para realizar un ejercicio moderado, o atrevernos con sesiones de ejercicio más cortas. Dar paseos durante el día o subir por las escaleras en lugar del ascensor son gestos que nos pueden servir para evitar que el cuerpo se oxide durante las vacaciones. Además de los beneficios físicos que reporta, el ejercicio puede ayudarnos a pasar un tiempo a solas con nosotros mismos, en medio de una vorágine de encuentros sociales y conversaciones.
Consejos psicológicos para pasar la Navidad
Cuidar la salud mental es tan importante como cuidar de nuestra salud física, y en festividades como la Navidad en ocasiones es difícil pararse a pensar en nuestro propio bienestar. Estos son algunos consejos para manejar las sensaciones negativas que nos pueden influir durante las vacaciones:
- Vive el momento: Con el paso de los años, vamos acumulando más y más Navidades a nuestras espaldas. Por una gran cantidad de factores, algunas resultas más agradables que otras; debemos pensar, durante las Fiestas, que las circunstancias vitales pueden cambiar enormemente en el transcurso de un año, y que lo importante es vivir el momento que nos toque con la compañía que tengamos.
- No te fuerces a nada: En ocasiones, las expectativas o la presión social puede ejercer una influencia en nosotros, y nos podemos sentir obligados a acudir a ciertos eventos o a actuar de determinada manera. Lo mejor es no tener miedo a decir que no, y estar dispuesto a vivir las vacaciones a tu manera, valorando lo que de verdad te apetece hacer y lo que no.
- Dedica un tiempo para ti mismo: Puede resultar un poco estresante estar todo el rato rodeados de gente, y para desconectar también es importante pasar un tiempo a solas: intenta buscar huecos para realizar actividades que te resulten placenteras y que no requieran de grandes encuentros sociales.
- Descansa: Las vacaciones también están pensadas para descansar, y dormir, además, nos puede ayudar a coger fuerzas para afrontar los diferentes encuentros y festejos que tenemos por delante.
- Planea con tiempo: Para evitar sorpresas de última hora y sentimientos de estrés, lo mejor es planificar con antelación los encuentros y las actividades que queramos realizar.
- Maneja las expectativas: Las Navidades no tienen que ser siempre temporadas de ensueño, y no pasa nada si no transcurren tal y como esperábamos: disfruta de las festividades tal y como son y piensa que cada año pueden ser diferentes.