Para la población general, Consumo sugiere el uso de las mascarillas higiénicas para personas sanas y sin contacto con la COVID-19 y quirúrgicas para personas contagiadas, tengan síntomas o sean positivas asintomáticas. Todo siguiendo las recomendaciones de distanciamiento físico e higiene.
El tercer grupo de mascarillas, las EPI (Equipo de Protección Individual), entre las que se encuentran las FFP2, están recomendadas únicamente para personas en contacto con el virus y para grupos vulnerables, siempre bajo prescripción médica. Son las mascarillas que la Comunidad de Madrid está distribuyendo de manera gratuita en las farmacias y que, según Consumo, pueden dificultar la respiración más que las mascarillas higiénicas o quirúrgicas, "por lo que personal no especializado puede tender a tocarlas y recolocarlas continuamente, con el consiguiente riesgo de contaminación".
Además, las personas que realizan actividades físicas o algunas personas con dificultades respiratorias pueden no tolerarlas, por lo que el documento de Consumo insiste en que su uso, por quienes no son profesionales, debe realizarse con prescripción médica.
También avisa de que, al ser material principalmente destinado a profesionales, puede generar una falsa sensación de seguridad, que relaje el mantenimiento del resto de medidas de seguridad y prevención.
El Ministerio recuerda que es imprescindible que todas las mascarillas contengan una etiqueta con la información obligatoria según la legislación aplicable. Esto incluye los datos relativos a su reutilización y, si procede, los usos permitidos y número de lavados que pueden hacerse sin que el producto se resienta, así como método de lavado de la mascarilla.
En el caso de las mascarillas etiquetadas con la norma europea para equipos de protección individual, el etiquetado del embalaje debe contener datos del fabricante, clase de protección (FFP1, FFP2 o FFP3), la frase "véase la información suministrada por el fabricante", la indicación R o NR en caso de que sea reutilizable o no reutilizable, condiciones de almacenamiento, uso, limpieza, mantenimiento y desinfección. Toda debe estar escrita, al menos, en castellano.
En lo referente a su certificación, el Ministerio de Consumo recuerda que antes de usar una mascarilla EPI, en caso de que incluya el marcado CE, hay que comprobar que está acompañado de los cuatro dígitos que indican la conformidad de un Organismo Notificado reconocido previsto en el reglamento UE (2016/425).
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