Quien más o quien menos ha sufrido un estado febril en alguna ocasión. Es de todos conocido que una temperatura corporal superior a 37 grados se considera fiebre, en mayor o menor medida. Pero, ¿por qué la temperatura normal de nuestro cuerpo debe estar entre los 35 y los 37 grados?
La razón es que esta temperatura nos protege de diferentes virus, bacterias y hongos. En la actualidad, la temperatura corporal media se sitúa en los 36,7 grados, la más eficiente e ideal ya que el cuerpo no gasta energía excesiva en producir calor y nos protege de las infecciones.
Enfermedades como la gripe o el covid provocan un aumento de la temperatura corporal que, en algunos casos, puede llegar a ser muy peligrosa. Pero hay otros motivos que pueden provocar variaciones en nuestra temperatura, que puede variar hasta un grado en función del momento del día en que nos pongamos el termómetro.
Cuanto más ejercicio se practica tenemos más posibilidades de que aumente nuestra temperatura, ya que durante el ejercicio el cuerpo utiliza más energía para alimentar a los músculos.
Los niveles hormonales, la edad o la zona donde se tome la temperatura también pueden hacer variar nuestra temperatura corporal. Aunque la temperatura puede ser medida en axilas u oídos, la más recomendable es la oral. Entre los efectos en la salud de superar los 37 grados de temperatura corporal se encuentran la deshidratación, los calambres, los golpes de calor o las arritmias.