Todos los medios de comunicación están pendientes de la evolución del incendio que azota la isla de Tenerife, que ya ha afectado a 5.000 hectáreas de la isla. Como informan las autoridades que combaten desde el martes las llamas, se trata de un voraz incendio difícil de extinguir, que ha forzado la evacuación de los habitantes de numerosas poblaciones cercanas al foco del fuego, el Valle de la Orotava.
Por desgracia, este tipo de incendios forestales no es un fenómeno aislados, pues los bomberos de nuestro país han tenido que enfrentarlos en numerosas ocasiones. Aunque, como informa la ONG WWF, el número de incendios entre 2010 y 2019 se ha reducido en un 36%, pero los fuegos que se han sucedido en esta década parecen ser mucho más virulentos y destructivos. Los expertos hablan ya de incendios de sexta generación, fruto de las condiciones climatológicas derivadas del cambio climático y de una deficiente gestión forestal: estos incendios pueden llegar a modificar el clima y traen consigo tormentas de fuego, que dificultan enormemente su extinción.
Incendio de Valleseco
Las islas Canarias cuentan con un terrible historial de incendios: en 2019, un virulento fuego arrasó 10.000 hectáreas en Gran Canaria, y forzó la evacuación de miles de habitantes de la isla. Como explica WWF, no existe un consenso sobre su naturaleza de incendio de "sexta generación", pero creó sus propias condiciones climáticas. Este terrible incendió provocó que un 6,5 % de la superficie de la isla fuese pasto de las llamas. El incendio fue provocado por el contacto de un poste eléctrico de funcionamiento deficiente con un árbol de la isla, que desencadenó en una tragedia terrible ambiental.
El incendio de las minas de Riotinto/Berrocal
Una región de monte entre las provincias de Huelva y Sevilla fue el escenario de un inmenso incendio en 2004: las llamas arrasaron 35.000 hectáreas del paraje natural, que afectó a 13 municipios andaluces y que acabó con la vida de dos
personas. Este incendio no solo supuso un golpe inmenso para la naturaleza de la zona, pues asestó un mazazo a la economía local de los pequeños pueblos de la zona: la industria del corcho, la apicultura y la ganadería, principales sectores económicas, se vieron enormemente afectados por el virulento fuego.
Incendio de Cortes de Pallás, en Valencia
El 2012 fue un año negro en materia de incendios en la Comunidad Valenciana: el 28 de junio un incendio arrasó 30.691 hectáreas en Cortes de Pallás, y apenas un mes después las llamas azotaban 22.518 hectáreas en Andilla, también en
Valencia. Las llamas en Cortes de Pallás brotaron durante la instalación fallida de unas placas solares en el pueblo, y rápidamente se extendieron por dos comarcas y trece términos municipales. Las causas del incendio de Andilla aún son desconocidas.
El incendio de Navalacruz, en Ávila
Hace apenas dos años, el 14 de agosto de 2021, la provincia de Ávila se vio azotada por un incendio que terminó por arrasar 22.000 hectáreas de la Sierra abulense de la Paramera. Las llamas se extendieron durante tres días, y se necesitó cerca una semana para extinguir el incendio. Muchas de las hectáreas afectadas pertenecían a la Red Natura 2000, un conjunto de parajes naturales reconocidos a nivel europeo por su biodiversidad.
El incendio en Sierra Culebra, en Zamora
El citado incendio en Navalacruz fue considerado el mayor incendio de la historia de Castilla y León hasta que en la sierra de la Culebra, en Zamora, dos violentos fuegos tiñeron de naranja el verano de 2022. El incendio que arrancó en Ferreras de Arriba el 15 de junio arrasó 29.670 hectáreas, y el que se dio posteriormente en Losacio quemó 35.960 hectáreas.
