Los frutos secos aportan proteínas, fibra, minerales y vitaminas. Además, sus grasas son poli insaturadas (Omega 3 y 6), es decir, beneficiosas para reducir el colesterol malo y regular la presión arterial, mejorando nuestra salud cardiovascular.
Gracias a su alto contenido en fibra, regulan el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento, además de tener un efecto saciante que reduce el hambre.
Las nueces y avellanas, por ejemplo, evitan el desarrollo de algunas enfermedades intestinales.
Por todo ello, es un alimento ideal para consumir a media mañana o media tarde, o incluso durante las comidas, como guarnición en arroces, ensaladas, etc. Eso sí, sin abusar para evitar efectos secundarios, y siempre vigilando que no nos generen algún tipo de alergia o intolerancia.
Cuántos frutos secos se pueden comer al día
La Fundación Española del Corazón aconseja ingerir un puñado de frutos secos al día (20-30 gramos aproximadamente), aunque hay que tener en cuenta la manera cómo se consumen.
Los expertos recomiendan comerlos crudos, sin ningún tipo de aditivo o, como mucho, tostados.
Gracias a sus virtudes nutricionales, la Organización Mundial de la Salud incluye los frutos secos como uno de los alimentos esenciales para seguir una dieta saludable.
Beneficiosos en nuestra dieta
¿Hay frutos secos mejores o peores para consumir de forma regular? Lo cierto es que, aunque no todos tienen la misma cantidad de calorías, cualquiera de ellos serán beneficiosos en nuestra dieta.
- Almendras: aportan vitamina E y antioxidantes, protegiéndonos de diferentes enfermedades. Mejoran la piel y el tránsito intestinal.
- Anacardos: ricos en minerales como magnesio, fósforo y potasio. También contienen vitamina E, ácido fólico y proteínas vegetales.
- Avellanas: fuente de vitamina B6 y minerales como el fósforo, magnesio, hierro, calcio y potasio.
- Nueces: ricas en nutrientes y grasas saludables, además de fibra y vitaminas A, B1, B6 y E.
- Pistachos: ricos en fibra y minerales, reducen el colesterol malo. También contienen antioxidantes gracias a sus vitaminas A y B, que fortalecen los vasos sanguíneos.