En este sentido, el veneno de abeja sólo tiene indicación clara en medicina dentro de complejos protocolos de desensibilización de pacientes que han sufrido reacciones alérgicas con picaduras de abeja.
Dichos tratamientos son de obligado ámbito hospitalario, en situaciones excepcionales y deben ser supervisados directamente por médicos alergólogos, por lo que su riesgo hace que la normativa exija equipos de resucitación cuando se hacen estas pruebas.
Con todo, el Colegio de Médicos aconseja advertir a los pacientes que el uso del veneno de abeja tiene riesgo de reacciones alérgicas graves e incluso muerte ya que, aunque la mayoría de las picaduras de abejas dan reacciones cutáneas leves, cada año son responsables de varias muertes en nuestro país.
El presidente de la institución, Pedro Cabrera, ha recomendado que "ante cualquier práctica de este tipo, más próxima al chamanismo y la charlatanería que a la medicina, [las personas] se informen previamente en cualquiera de los colegios profesionales sanitarios".