Los agentes, que hacían un patrullaje preventivo en la zona de la calle Concha Espina hacia las tres de la mañana, se percataron de que un menor entraba en un local aparentemente cerrado y con las luces apagadas, según han indicado a Efe fuentes de la Policía Municipal.
Una vez dentro del local, donde había 129 personas, pudieron constatar que dos adultos que estaban en la barra mezclaban el alcohol en las botellas de refresco.
El local tiene licencia de sala de fiestas y había sido alquilado para una celebración privada, añade la portavoz policial.
A continuación, los agentes desalojaron a los menores mientras que los adultos pudieron entrar y continuar con la fiesta, ya que el local no incumplía otras normas de funcionamiento.
Los padres de los menores fueron avisados por los agentes para que tuvieran conocimiento de la situación de sus hijos, añade la Policía.