Según fuentes de la comandancia provincial, la operación, denominada "Parany", se inició después de que los agentes intervinieran una pistola inutilizada que había sido modificada para hacer fuego real.
Se pudo localizar, identificar y detener a un hombre de 53 años que supuestamente se dedicaba a la manipulación ilegal de armas de fuego, que contaba con elevados conocimientos y con maquinaria especializada, tras lo cual se arrestó a otro hombre, de 54.
Los agentes registraron un taller de Torreblanca donde hallaron dieciséis armas cortas y diecisiete armas largas, entre ellas pistolas, revólveres, rifles y carabinas.
Además, encontraron piezas "fundamentales" para la fabricación o modificación de armas, cañones, tambores, cargadores, agujas percutoras y punzones para troquelar armas y munición.
Se intervinieron asimismo seis kilos de pólvora, silenciadores, cargadores, miras telescópicas, 6.800 cartuchos de munición diversa y de guerra y numerosas herramientas, como troqueladoras o fresadoras.
Los detenidos conseguían armas inutilizadas que desmontaban y modificaban para hacerlas útiles para poder disparar, y posteriormente introducían las armas rehabilitadas en el circuito ilegal y se vendían en el mercado negro.
Las mismas fuentes han destacado que el sistema que utilizaban para fabricar los cañones era artesanal pero muy perfeccionado.
Además de rehabilitar armas, los detenidos también se dedicaban supuestamente a acoplar silenciadores a armas de procedencia legal.
La investigación está siendo instruida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Castellón en colaboración con la Fiscalía Provincial.