Según consta en la denuncia presentada por la facultativa, una paciente llegó en compañía de su pareja al consultorio con la pretensión de obtener unos fármacos específicos, que en otras ocasiones ya le habían sido facilitados por otros especialistas y que figuraban en su receta electrónica.
Cuando la doctora se negó a disponer las recetas de los fármacos psicotrópicos, por entender que no debía de hacerlo ya que los tenía prescritos, comienzan las amenazas e insultos por parte de la paciente y su acompañante. Esta pareja deseaba una mayor dosis que la establecida en su receta electrónica. Ante la agresividad de ambos y temiendo por su vida, la doctora optó por recetarles lo solicitado para que abandonen el consultorio.
Las primeras diligencias policiales se centraron en la plena identificación de la paciente así como de su acompañante. Una vez filiadas se procedió a su localización y detención. Finalizadas las diligencias policiales y celebrado el juicio rápido ante la Autoridad Judicial, ésta decretó, para ambos condenados, una orden de alejamiento sobre el consultorio médico y sobre la doctora, por un tiempo determinado.