La Policía inició las investigaciones tras comprobar que la detenida había vendido joyas por valor de más de 3.800 euros. Por las pesquisas practicadas los investigadores llegan hasta el centro de mayores donde trabaja la mujer, donde la directora confirmó a los agentes que varias personas se habían quejado en los últimos años que echaban en falta joyas y otros efectos.
Los agentes se pusieron en contactos con familiares de las víctimas y reconocieron varias joyas de las que había vendido la detenida, además de que algunas tenían inscripciones con sus nombres o iniciales, peroninguno de ellos denunció esos hechos ya que pensaban que se trataban de simples pérdidas.
En uno de los casos, una señora de avanzada edad, manifestó a su hijo que la investigada le enjabonó los dedos para poder quitarle la alianza de boda y un sello que llevaba siempre puestos, pero no la creyeron por el deterioro cognitivo que sufría.
La presunta autora de los hechos, había trabajado como asistenta de hogar en un domicilio de la misma localidad y también había sustraído presuntamente joyas que fueron reconocidas por sus propietarios. La arrestada fue puesta a disposición de la autoridad judicial que decretó su libertad con cargos.