Carlos y Pilar tenían planes de boda y una fecha escogida, el 9 de septiembre, pero a veces el destino hace de las suyas y modifica el rumbo de las cosas. El destino, en este caso, se llama enfermedad terminal y tiene a Carlos en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Su complicada situación clínica les llevó a plantear adelantar el enlace para cumplir su último sueño y el personal del hospital se puso manos a la obra.
Javier se encargó de ceder la colonia al novio. Marta y Diana de arreglarle el pelo a la novia y de improvisar un ramo de novia compuesto de adelfas, que crecen con alegría en el jardín del hospital. Jesús inmortalizó el momento con un centenar de fotos. Y David puso las lágrimas de emoción. La familia los anillos, las sonrisas y los ¡vivan los novios!
No les han hecho falta trajes de fiesta; Carlos lució el pijama del hospital como el mejor chaqué y Pilar un moño de un segundo que empató con la mejor peluquería. El complemento perfecto al vestuario de diario con el que acompaña a su ya marido en esa unidad de paliativos.
Cuidados que van más allá del tratamiento
Tampoco faltaron en la ceremonia ni el intercambio de anillos ni los besos de los novios ni el tradicional lanzamiento de ramo de la novia que fue a parar a los brazos pocos receptivos de un puñado de enfermeras de su planta. Ninguna, por cierto, pudo contener la emoción al escuchar luego a los novios agradecer sus gestos. "Me habéis llenado de ilusión y vida", explicaba Carlos. "Estamos muy agradecidos, llevamos en el corazón el esfuerzo que hacen todos en el hospital por cuidarnos", continuaba entre lágrimas Pilar.
Imposible no emocionarse viendo el video y las fotos de este peculiar enlace.