Desde el pasado 10 de julio, una nueva ola de calor azota España, con temperaturas que superan los 40 grados y que han dejado alertas repartidas por todo el territorio nacional.
La AEMET ha apuntado que, a partir de este lunes, una DANA llega a la Península y entrará aire fresco atlántico, aunque el miércoles es probable que se aleje y aumente de nuevo la estabilidad, y con ella los valores de los termómetros, principalmente en el cuadrante suroeste peninsular.
La ola de calor también ha provocado muchas muertes en nuestro país, principalmente de personas mayores y aquellas que trabajan al aire libre o que sufren afecciones crónicas. Las autoridades han emitido una serie de recomendaciones para prevenir un golpe de calor y ayudar a evitar estos supuestos.
En la mayoría de los casos, los afectados superaban los 40 grados de temperatura corporal, lo que propiciaba una parada cardiorrespiratoria. Se trata de uno de los límites que puede alcanzar el cuerpo, aunque existe una diferencia entre sufrir el golpe de calor y alcanzar esta temperatura corporal por fiebre.
¿Qué diferencias hay entre tener 40 grados por un golpe de calor y por fiebre?
La temperatura corporal es el mecanismo con el que el cuerpo puede estabilizarse y alejar el calor para asegurar un correcto funcionamiento, incluso cuando las temperaturas exteriores cambian. No obstante, una exposición prolongada puede causar daños en el organismo. La media normal para adultos es de alrededor de 36,5 grados: a partir de los 37,8ºC, se considera un cuadro de fiebre.
Durante un golpe de calor, se produce un exceso de calor en el cuerpo, sobre todo provocado por la exposición del mismo a altas temperaturas o un esfuerzo físico con valores muy altos. Se da principalmente si la temperatura del cuerpo alcanza los 40 grados y se requiere un tratamiento de urgencia porque puede causar daños en el corazón, cerebro, riñones o músculos.
¿Por qué entonces hay diferencias con alcanzar 40 grados por fiebre? La clave reside en que, si se alcanza esta temperatura corporal por fiebre, el cuerpo está luchando contra alguna infección o lesión, por lo que el consumo de un antitérmico u otros tratamientos pueden lograr bajar la temperatura.
En el caso de que la temperatura llegue a ese nivel por un golpe de calor, el cuerpo colapsa y puede sufrir complicaciones graves e incluso la muerte. Así, es más difícil reducir la temperatura corporal en este caso.
