Investigadores de Boston Medical Center (BMC) alertan de la aparición en las consultas de un nuevo fenómeno, la 'dismorfia snapchat', un tipo de trastorno dismórfico corporal (TDC) basado en el deseo de muchas personas de parecerse sus 'selfies' con filtro.
El trastorno dismórfico corporal es una preocupación excesiva por un defecto percibido en la apariencia propia, a menudo caracterizado por personas que toman a grandes (y a veces poco saludables) medidas para ocultar sus imperfecciones.
Esto puede llevar a visitar repetidamente a dermatólogos o cirujanos plásticos que visitan con la esperanza de cambiar su apariencia. Este trastorno afecta a alrededor del 2% de la población y se clasifica dentro del espectro obsesivo-compulsivo.
Los investigadores hacen referencia a estudios que muestran que las adolescentes que manipulan sus fotos estaban más preocupadas por su apariencia corporal, y precisamente las personas con imagen corporal dismórfica buscan las redes sociales como un medio de validación. Investigaciones adicionales han demostrado que el 55% de los cirujanos plásticos informa haber visto pacientes que desean mejorar su apariencia en sus 'selfies'.
"Ha aparecido un nuevo fenómeno llamado 'Snapchat dysmorphia' (dismorfia del Snapchat) --advierte Neelam Vashi, director del Ethnic Skin Center del BMC y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston-- donde los pacientes están buscando que la cirugía les ayude a parecerse a las versiones filtradas de ellos mismos".
Además, los autores advierten, en un artículo en la revista 'JAMA Facial Plastic Surgery', de que la cirugía no es la mejor opción en estos casos, porque no mejorará y puede empeorar su TDC subyacente. Por el contrario, recomiendan intervenciones psicológicas como la terapia cognitivo-conductual y el tratamiento del trastorno de una manera empática y sin prejuicios.
"Los 'selfies' con filtro pueden hacer que las personas pierdan el contacto con la realidad, creando la expectativa de que debemos estar perfectamente arreglados todo el tiempo --advierte Vashi--. Esto puede ser especialmente dañino para los adolescentes y aquellos con TDC, y es importante que los proveedores comprendan las implicaciones de las redes sociales en la imagen corporal para tratar y aconsejar mejor a los pacientes".