Las disoluciones matrimoniales cayeron en 2023 un 5,3% respecto a 2022, siendo este el segundo año consecutivo en el que se registra un descenso de las rupturas, que alcanzaron las 80.065. Los divorcios representan el 95,8 % del total, efectuándose el 32 % después de 20 años o más de matrimonio.
Así se desprende de la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios de 2022 que este jueves publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que indica que durante el pasado año se produjeron 80.065 casos de separación y divorcio, lo que supuso una disminución del 5,3 % respecto al año anterior y una tasa de 1,7 por cada 1.000 habitantes.
Este descenso continuado llega después de que en 2021 las disoluciones matrimoniales aumentaran un 13,2 % tras del confinamiento provocado por la pandemia y retoma la tendencia previa a la crisis del covid-19, cuando la estadística llevaba tres años consecutivos de caída tras los 102.341 divorcios contabilizados en 2017.
Este 2023, sin embargo, el número de divorcios ha disminuido un 5,7 % respecto al año anterior, mientras que el de separaciones ha aumentado un 5,3 %. De manera que se produjeron 76.685 divorcios (el 95,8 % del total) y 3.380 separaciones (el 4,2 %).
Hubo 1.718 divorcios entre personas del mismo sexo (el 2,2 % del total). De ellos, 832 fueron de hombres y 886 de mujeres. Además, hubo 91 separaciones (2,7 % del total).
Los matrimonios disueltos por divorcio tuvieron una duración media de 16,4 años, similar a la del año anterior. El 32 % de los divorcios se produjeron después de 20 años de matrimonio o más; el 21,4 % entre cinco y nueve años; el 16,7 % entre 10 y 14 años; y el 15,7 % entre 15 y 19 años; el 10,8 % entre dos y cuatro años. El 3,3 % de los matrimonios se disolvieron en menos de dos años.
El mayor número de divorcios tuvo lugar en la franja de edad entre 40 y 49 años, tanto en hombres como en mujeres. La edad media de las mujeres en los procedimientos de divorcio fue de 46,2 años y en los hombres de 48,7.
En el 79,6 % de los divorcios ambos cónyuges eran de nacionalidad española. En el 12,3 % uno tenía nacionalidad extranjera y en el 8 % ambos eran extranjeros.
En el 46,2 % de los divorcios no había hijos menores o mayores dependientes económicamente; en el 42,6 % tenían solo hijos menores de edad; el 3,7 % solo hijos mayores de edad dependientes económicamente y el 7,4 % hijos menores de edad y mayores dependientes económicamente.
En el 50,7 % de los divorcios de parejas de cónyugues de distinto sexo había hijos menores sobre los que otorgar la custodia. En el 3,5 % de estos divorcios la custodia se otorgó al padre, en el 47,8 % a la madre, mientras que en el 48,4 % de los casos fue compartida y en el 0,3 % se otorgó a otras instituciones o familiares.
Cabe destacar que, por primera vez, los casos de custodia compartida superaron a aquellos en los que la custodia se otorgó a la madre.
Además, en el 54,5 % de los casos se asignó una pensión alimenticia. En el 54,9 % el pago correspondió al padre, en el 3,6 % a la madre y en el 41,5 % a ambos.
En el 7 % de los divorcios se fijó una pensión compensatoria y en 9 de cada 10 casos, el pago de ésta fue asignado al esposo.
En lo que concierne a la presentación de la demanda, en el 72,4 % de los casos fue presentada por ambos cónyuges, en el 18 % por la esposa y en el 9,6 % por el esposo.
La tasa de disoluciones matrimoniales por cada 1.000 habitantes en España fue de 1,7. La ciudad autónoma de Ceuta (2,4) volvió a registrar la mayor tasa, mientras que Castilla y León (1,1) presentó la menor.