La Dirección General de Trafico (DGT) es un organismo público que trata de regular la normativa de tráfico y seguridad vial, asegurándose de que los conductores de los vehículos que circulan por carretera cumplan una serie de normas para un mejor uso de las vías. Su importancia es trascendental, ya que una velocidad inadecuada es uno de los principales factores de riesgo cuando conducimos.
Uno de cada cinco accidentes de carretera con víctimas puede ser directamente relacionado con un exceso de velocidad. Esta influye negativamente en las capacidades de conducir de las personas, haciendo que la probabilidad de fallecer o padecer heridas graves sea mucho mayor. Los radares forman parte fundamental del control de la velocidad, y por ello se encuentran en las carreteras españolas.
¿Qué tipo de radares existen?
Existen varios tipos de radares para el control de tráfico. Aun así, según el Real Automóvil Club de España, los más conocidos entre los conductores son los siguientes.
Radar fijo
Este radar está situado en alguna parte de la carretera. Su principal característica es que no se mueven, y se mantienen siempre en el mismo lugar. Suelen colocarse en pórticos, lugares de señalización, y funcionan mediante una antena. Esta crea un efecto rebote contra el vehículo que está circulando por la carretera, recogiendo a la vuelta los datos que permiten calcular la velocidad del coche.
También pueden encontrarse en cabinas que suelen estar colocadas a un lateral de la carretera. Aunque la mayor parte son radares, también existen métodos de captación de información mediante cinemómetros laser. Estos lanzan haces de luz transversales a la carrera, realizando el cálculo de la velocidad en el momento en el que la luz se ve interrumpida.
Radar móvil
Suelen colocarse dentro del coche de la Guardia Civil, ya que debe ser operado por un agente de policía. Funciona en cualquier momento, tanto cuando el vehículo oficial está parado como cuando está en movimiento.
Al contrario que con los fijos, los cuales tienen que estar señalados a través de carteles, estos suelen ser publicados en listas de la DGT. En ellas puedes consultar cual es el kilómetro donde se ubican, y el sentido hacia el que se dirigen.
Radar tramo
Este tipo de radares controlan la velocidad media al que ha circulado un vehículo entre dos puntos. Para evitar ser sancionado, la persona tendrá que mantener el velocímetro similar o inferior a la máxima.
Se escoge un determinado tramo, y se ubica una o varias cámaras a la entrada y a la salida. Estas suelen ser infrarrojas, ya que esto permite que funcionen en cualquier momento del día y puedan reconocer perfectamente las matrículas.
¿Cómo funcionan los radares de tramo?
Los datos que obtienen este tipo de herramientas son inmediatamente procesados por un ordenador centralizado. Por ello, no importa si cambias de carril, ya que todas pasan por el mismo filtro. Los radares de tramo calculan el tiempo que tarda un vehículo en recorrer la distancia que separan la entrada y la salida de la zona, por lo que si detecta que has circulado más rápido que el tiempo establecido, podrás recibir una multa.
Se considera que están libres de error, por lo que el margen del 7% no es aplicable a la hora de calcular la velocidad máxima permitida. En una autopista donde la velocidad máxima es de 120 kilómetros por hora, la sanción llegará nada más superes esa velocidad exacta, sin dar ningún margen.
Al hilo de este ejemplo, para calcular el tiempo que tardas en recorrer un tramo de 4 kilómetros a 120 kilómetros hora, tendrás que dividir la distancia (4) entre la velocidad (120). Una vez obtenido el resultado, observamos que es de 2 minutos exactos, por lo que si tardas menos de esto serás multado.