Además, la ministra también ha propuesto una nueva asignatura obligatoria en valores cívicos y éticos. Respecto a esta decisión, padres y profesores están de acuerdo siempre que no sea una excusa para introducir doctrina en las aulas.
Sin embargo, respecto a quitar peso a la Religión, hay división de opiniones. Desde Concapa, la Confederación de Padres Católicos, se recoge la intención de la ministra reafirmando la postura que siempre han mantenido: "que siga siendo computable".
El presidente Pedro José Caballero opina que hay que "garantizar la oferta de la asignatura conforme a la concesión correspondiente de elección voluntaria, evaluable y equiparable al resto de las asignaturas, dentro del horario lectivo habitual".
El sindicato ANPE de profesores defiende la asignatura de Religión de forma voluntaria y con un grado de puntuación, aunque no por ejemplo, para solicitar becas.
Su presidente, Nicolás Fernández Guisado, también opina sobre la asignatura de Valores Cívicos: "Que sea lo más objetiva posible, alejada de subjetivismo o cualquier tentación, que se pueda caer en un adoctrinamiento que generaría un rechazo".
Todas las asociaciones del sector educativo darán un margen a la nueva ministra de Educación y piden el máximo consenso a la hora de tomar decisiones.