David ha explicado con la voz entrecortada cómo se desarrolló la fatídica mañana en la que Julen cayó al pozo. "El día de la desgracia tapé el pozo con dos bloques de hormigón. Llegamos sobre las 13,00 horas y advertí del peligro que había. El peligro que veía era que alguien podía meter un pie y partírselo pero jamás en la vida pensé que por ahí cabía un niño", asegura.
"Jamás me lo voy a perdonar", se reprocha David entre lágrimas. "El niño estaba jugando, escuché voces aterradoras. Se había escurrido entre los dos bloques y había desaparecido. Desde ese día todo le da igual. Tengo una niña de dos años que estaba con Julen jugando, ha sido Julen pero podía haber sido mi hija".