El libro de memorias de Miguel Bosé, 'El hijo del Capitán Trueno', relata los aspectos más íntimos de la vida del cantante a través de 20 capítulos desde el día de su nacimiento hasta el día que triunfó en el Florida Park el 26 de abril de 1977.
Lo más sorprendente de estas memorias son las confesiones sobre la relación con su padre, Luis Miguel Dominguín, que quería que su primogénito fuera un "machote, agresivo y no una nenaza y una maricona". El torero se dirigía así a su hijo Miguel cuando éste no quería matar animales en las cacerías que tanto gustaban a Dominguín.
Permití que me dominara hasta mandar en mí con todo el peso y abuso de su tiranía
En los primeros capítulos, Miguel Bosé relata cómo no su familia de puertas para dentro no eran felices, eran unos niños que no veían a sus padres. Luis Miguel, el padre, era capaz de colocar en situaciones dolorosas al borde de la muerte. Además, el cantante reconoce que siempre le decepcionó, "ya fuese por falta de hombría o de timidez le fallé. Permití que me dominara hasta mandar en mí con todo el peso y abuso de su tiranía".
Duros momentos
Miguel Bosé desgrana en el libro las situaciones difíciles y duras que vivió de niño y como cuando el nivel de vida de su familia bajó con la separación de sus padres hasta el punto de no poder utilizar la calefacción y cenar un vaso de leche con pan. También relata cómo Remedios, la Tata, se encargó de él desde su nacimiento y fue la única que se enfrentó al torero en todas las ocasiones.
La terrible experiencia de un safari con su padre
Uno de los momentos que relata Miguel Bosé en el libro es el mes de safari africano que pasó en África con su padre, pese a las reticencias de su madre, Lucía Bosé. Luis Miguel Dominguín llevó a su hijo de Safari a Mozambique para pasar tiempo con su hijo porque estaba preocupado porque su hijo leía demasiado y por la posibilidad de que fuera "maricón". "¡Ya verás qué bien nos lo vamos a pasar pegando tiros y cazando animales! ¡Y bañándonos en el río lleno de cocodrilos e hipopótamos!", escribe Bosé en base a sus recuerdos.
Su madre, Lucía Bosé según el cantante "no le cabía en la cabeza que su marido, siendo todo lo que era, esa figura tan internacional y de formas exquisitas, fuera tan poco evolucionado en ciertos temas básicos". Padre e hijo estuvieron un mes en África en tres campamentos y en el primero de ellos el cantante cuenta cómo su padre intentó que una bellísima nativa de dieciséis años me iniciase a la hombría. Al final, el torero, terminó llevándose a la chica a su cabaña.
Además, el cantante relata cómo a raíz de este viaje contrajo malaria o paludismo, ya que no ingirió las pastillas contra esta enfermedad que el doctor Manuel Tamames le dio a su padre antes de salir para administrárselas durante el safari y que su padre jamás le dio.
Durante ese viaje, Miguel Bosé relata que sufrió "violentas diarreas" y, en una de las veces que fue a la letrina, le picó un alacrán y solo entonces, con las alucinaciones causadas por la picadura, se le permitió descansar con morfina. Confiesa en sus memorias que logró recuperarse y salir adelante sin ayuda, pero su padre "ni se percató". De ese viaje llegó a Madrid pesando quince kilos menos y su madre echó al torero de casa.
El artista señala el punto en el que se produjo el cambio de inflexión en su padre: "Un día mi padre iba en un taxi. El conductor le miró por el retrovisor y le dijo yo le conozco, usted es el padre de Miguel Bosé. Pidió bajar en la siguiente esquina. Ahí se dio cuenta que el niño que no le gustaba cazar había edificado. Se sintió avergonzado y quiso recuperar el tiempo perdido".