Una polémica intervención en una talla de San Miguel del siglo XVII en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) ha provocado críticas entre los vecinos de la localidad y la Asociación de Conservadores y Restauradores de Castilla y León, que han exigido medidas para que este tipo de situaciones no se repitan.
Se trata de una talla de tamaño mediano que representa al patrón de la localidad y que ha sido repintada, al parecer por un vecino del municipio cuyo nombre no ha transcendido, con lo que se han tapado todos los restos de la policromía original. Tanto el pelo como los rasgos del San Miguel poco tienen que ver ahora con los que originales, según ha avanzado hoy "La Gaceta de Salamanca".
La alcaldesa de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Carmen Ávila, ha definido de "lamentable" la intervención que se ha llevado a cabo de esta talla que se encuentra en la ermita del Humilladero de esta localidad salmantina. La regidora ha subrayado que el Ayuntamiento no tiene competencias en materia de restauración de imágenes religiosas y ha explicado que intentará hablar personalmente con los párrocos para conocer lo que ha sucedido. Ha puesto de manifiesto que el tratamiento al patrimonio cultural y artístico debe llevarlo a cabo "quien corresponda y no cualquiera que lo ponga en peligro", al tiempo que ha confesado desconocer la identidad de la persona que ha realizado la intervención.
Al igual que la alcaldesa, la Asociación de Conservadores y Restauradores de Castilla y León ha reclamado medidas que impidan este tipo de situaciones y que el patrimonio histórico y artístico no caiga en manos de personas que no tienen ni la formación ni la experiencia necesaria para realizar estos trabajos. La secretaria de este colectivo, María Luisa López, ha insistido, en declaraciones a Efe, que no se puede hablar de restauración porque este tipo de trabajos sólo lo pueden hacer personas que tienen la titulación correspondiente y están reconocidas como tales.
Además se necesita una documentación previa, definir unos criterios de intervención, así como los usos que se le van a dar la imagen, ha añadido. López ha denunciado que a partir de la crisis se ha producido una desatención del patrimonio religioso de los pueblos. Ha criticado que la Delegación Diocesana del Patrimonio de Salamanca "no actúa con celeridad" y que el trabajo de conservación de las imágenes lo están haciendo "voluntarios que tiene buena disposición, pero no los conocimientos necesarios".
En este sentido, ha abogado porque exista un gestor de patrimonio en el Obispado de Salamanca y ha elogiado la labor que está llevando a cabo la Junta de Castilla y León en materia de patrimonio dado que a pesar de que no hay recursos se están poniendo en marcha programas cofinanciados con las administraciones locales.