Esta es la principal denuncia que hace Unicef en un informe que además constata que el embarazo continúa siendo la principal causa de muerte entre las jóvenes de 15 a 19 años en el mundo.
Las niñas forzadas a casarse tienen menos probabilidades de recibir atención médica de calidad durante el embarazo o dar a luz en un centro de salud.
Según la Organización, a esta situación se suma que las adolescentes de entre 15 y 19 años están creciendo y corren más riesgo de sufrir complicaciones durante el período de gestación. Además, sus hijos tienen más posibilidades de morir antes de los cinco años.
La responsable de Programas de Unicef, Blanca Carazo, afirma que estos matrimonios infantiles son "forzados" y la niña vive en un estado de "reclusión" por parte de la familia y el marido, por lo que muchas veces no reciben atención médica y no tienen la capacidad o la fuerza para reclamarla.
A pesar de las mejoras en el acceso a servicios de maternidad, cada día mueren más de 800 mujeres por complicaciones en el embarazo y al menos 7.000 bebés nacen muertos.