El pasado viernes se hizo pública la Agenda de la Casa del Rey, en la que este próximo viernes no constaban actividades para el Monarca. Todo ello sin conocer los acontecimientos que se iban a producir en Cataluña estos días.
Todos los pasos que el Rey Felipe VI debe dar tienen que ir enmarcados en el Artículo 62 de la Constitución, que señala que le corresponde al Rey expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros. También, por el Artículo 152, sobre el nombramiento de los presidentes autonómicos.
Otro artículo en el que deben estar enmarcados sus actos es el 67.4 del Estatuto de Cataluña, que señala que el "presidente o presidenta de la Generalitat es nombrado por el Rey".
Esto quiere decir que el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña no lo será plena y legalmente hasta que el Rey Felipe VI firme su nombramiento.
Pero ese decreto le llegará al Rey ya refrendado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desde La Moncloa. Nunca lo firmaría antes.
El presidente del Parlament, Roger Torrent, habría de enviar la notificación a Moncloa, firmar el Real Decreto el presidente del Gobierno y luego el Rey, como ya hizo el lunes 11 de enero de 2016, cuando firmó el Decreto de Nombramiento del entonces presidente, Carles Puigdemont.
Para que Don Felipe firme, ha de venir antes refrendado por el presidente Rajoy y, solamente cuando el decreto esté firmado por los dos, se publicaría al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y habría un plazo de cinco días para tomar posesión del cargo.