Inmediatamente, sus padres decidieron llevarle a una clínica de Wisconsin, donde su salud empeoró y su piel comenzó a ponerse amarilla también. Fue trasladado con urgencia al hospital de niños de Milwaukee.
Tras realizarle diferentes pruebas, los médicos comprobaron que el hígado del niño había dejado de funcionar.
Como la condición de Brayden empeoró rápidamente, su familia estaba desesperada por encontrar un donante. Al menos 15 personas, incluidos familiares y amigos, fueron evaluadas, pero ninguna era compatible con el menor.
Cami Loritz, una enfermera que trabaja en la unidad de cuidados intensivos de trasplante en el Hospital Froedtert en Milwaukee, se enteró de la situación de Brayden, se inscribió para ser donante vivo y una vez conocido su caso, decidió entregar parte de su hígado a Brayden, según ABC News Milwaukee .
"Brayden estaba nervioso y no creo que haya entendido completamente lo que sucedió y lo que ella hizo ... Sin embargo, ahora lo hace y piensa en ella como una hermana mayor" afirma el padre del menor.
"Casi cuatro meses después del trasplante, es conmovedor ver a Brayden disfrutar de ser un niño otra vez…Estoy más que agradecida de que su familia tenga la oportunidad de tener a su niño pequeño y sano", expresó Loritz.