Y un 50% en 2018 dejando la prevalencia de pacientes coinfectados por VIH y Hepatitis C en España en un 3,7%, cifras que hacen pensar en una eliminación del virus en esta población como objetivo alcanzable a corto plazo.
Con dos salvedades: si hay daño hepático severo sigue habiendo deterioro de la salud y la curación no inmuniza si prosiguen las prácticas de riesgo, tal y como ha advertido el doctor Juan Berenguer, miembro del grupo de estudio del SIDA, Gesida.
"La Hepatitis C -cuando uno se trata y se cura- no deja inmunidad protectora como ocurre con otras enfermedades, como el sarampión. Si una persona incurre en prácticas de riesgo como la exposición a sangre o determinadas prácticas sexuales no protegidas, se puede infectar no dos, sino tres o más veces", ha dicho.
El reto es conseguir la erradicación y extender el éxito a la población general.
Se calcula que la mitad de los 250.000 infectados en España ha sido ya tratado con los nuevos antivirales, aunque habría entre 50.000 y 60.000 personas con Hepatitis C sin saberlo. Por eso los expertos piden un cribado de la población de entre 40 y 70 años, donde la incidencia es mayor.