Desde que comenzó la pandemia hemos podido observar cómo los pacientes infectados con Covid-19 presentan diversos síntomas mientras cursan la enfermedad. Estos varían según la variante del virus con la que la persona se haya infectado, pero, en los casos leves, suelen desaparecer a los pocos días. Algo que no sucede con el llamado Covid persistente o 'long Covid'.
¿Qué es el Covid persistente?
La OMS define el Covid persistente como "la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección por SARS-CoV-2, generalmente tres meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo".
Se trata de una enfermedad derivada el coronavirus que, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) sufren más de un millón de españoles y la inmensa mayoría arrastra este padecimiento desde hace dos años.
La vicepresidenta de la SEMEG y coordinadora del Grupo de Covid persistente, Pilar Rodríguez Ledo explica en una entrevista a EFE que, aunque aúnno se sabe bien qué pasa con los pacientes de Covid persistente en el largo plazo, sí se empiezan a detectar procesos oncológicos de deterioro, regeneración de retina, algunas neoplasias y el debut de una diabetes.
"No podemos ser alarmistas ni conformistas, tenemos que averiguar qué sucede", señala Rodríguez Ledo y asegura que en el largo plazo "el virus al estar escondido en alguna parte del organismo puede acabar produciendo una alteración del mismo y darse una mutación que derive en mayor prevalencia de cáncer".
También podría ocurrir, dice, que "al ser pacientes a los que se les hacen múltiples pruebas y están en tantas consultas se les diagnostican más cosas".
El 'long Covid' presenta más de 200 síntomas
El 10% de los infectados por covid (12.436.538 casos notificados, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad) desarrolla covid persistente, una enfermedad multisistémica que puede afectar a cualquier parte del organismo.
El síntoma más común es la astenia, un cansancio intenso que no permite realizar las actividades diarias. No todo el mundo sufre los síntomas de manera constante sino que tiene exacerbaciones, unos días puede mejorar y otros empeorar pero la recuperación, a día de hoy, es escasa.
Lo que más abunda es la adaptación a las nuevas circunstancias, sobre todo en mujeres, entre 36 y 50 años que aprenden a vivir con limitaciones. Otros, sin embargo, no consiguen convivir con la enfermedad y se "arrastran" por el sistema en busca de soluciones.
Rodríguez Ledo comenta que los pacientes de la primera ola fueron los que tuvieron una sintomatología más intensa, con una media de 36 síntomas diferentes en seis meses. En las siguientes olas los síntomas era menos numerosos e intensos y empezó a haber más prevalencia en hombres.
¿Cómo ha cambiado la inmunidad?
La experta también explica que la inmunidad de las personas ha ido cambiado estos años. "Estamos en un momento en que se está contagiando todo el mundo y estamos adquiriendo la inmunidad natural además de la inmunidad adquirida con la vacunación".
Además de la astenia, los pacientes con covid persistente tienen que lidiar con síntomas neurológicos como dificultad de concentración, la llamada "niebla mental", déficit de atención, cefalea, taquicardias, bradicardias y arritmias, dolores articulares y musculares y dificultades en la respiración.
Y hay pacientes que están sufriendo estos síntomas desde hace dos años, con lo que están ya en el largo plazo. "Se esperaba que se curarían a los seis meses como por arte de magia pero eso no ha sucedido ni va a suceder".
Factores que anticipan el desarrollo de Covid persistente
Investigadores del Institute for Systems Biology (ISB), en Estados Unidos, han identificado varios factores que se pueden medir en el punto inicial del diagnóstico de Covid-19 que anticipan la probabilidad de que un paciente desarrolle Covid persistente.
Los factores 'PASC' (secuelas post agudas de COVID-19) que han descubierto los investigadores son la presencia de ciertos autoanticuerpos, diabetes tipo 2 preexistente, niveles de ARN del SARS-CoV-2 en la sangre y niveles de ADN del virus de Epstein-Barr en la sangre.
"Identificar estos factores PASC es un gran paso adelante no solo para comprender el COVID prolongado y tratarlo potencialmente, sino también qué pacientes tienen mayor riesgo de desarrollar afecciones crónicas", ha señalado el presidente de ISB, el doctor Jim Heath, coautor correspondiente del trabajo.