Según publican sus autores en la revista 'Proceedings of the Royal Society B', "lo que realmente salta a la vista en los datos es la activación en áreas del cerebro asociadas a la empatía emocional, lo que sugiere que las abuelas están orientadas a sentir lo que sienten sus nietos cuando interactúan con ellos. Si su nieto sonríe, sienten la alegría del niño. Y si su nieto está llorando, están sintiendo el dolor y la angustia del niño".
Por el contrario, el estudio descubrió que cuando las abuelas ven imágenes de su hijo adulto, muestran una mayor activación en un área del cerebro asociada a la empatía cognitiva. Eso indica que pueden estar tratando de entender cognitivamente lo que su hijo adulto está pensando o sintiendo y por qué, pero no tanto desde el punto de vista emocional.
"Es probable que los niños pequeños hayan desarrollado rasgos para poder manipular no sólo el cerebro materno, sino el gran cerebro materno. Un hijo adulto no tiene el mismo 'factor' lindo, por lo que puede no provocar la misma respuesta emocional", asegura uno de los autores del estudio.
Las abuelas, nuevo territorio neuronal
El laboratorio de Rilling, líder en la investigación de la neurociencia menos explorada de la paternidad, se centra en las bases neuronales de la cognición y el comportamiento social humano. La maternidad ha sido ampliamente estudiada por otros neurocientíficos.
Pero las abuelas que interactúan con los nietos ofrecen un nuevo territorio neuronal. "La neurociencia está demostrando que existe un sistema global de cuidados parentales en el cerebro --afirma Rilling--. Queríamos ver cómo las abuelas podrían encajar en ese patrón".
La "hipótesis de la abuela"
Los seres humanos son criadores cooperativos, lo que significa que las madres reciben ayuda para cuidar a sus hijos, aunque las fuentes de esa ayuda varían tanto entre las sociedades como dentro de ellas. "A menudo asumimos que los padres son los cuidadores más importantes junto a las madres, pero eso no siempre es cierto --apunta Rilling--. En algunos casos, las abuelas son las principales ayudantes".
De hecho, la "hipótesis de la abuela" postula que la razón por la que las hembras humanas tienden a vivir mucho más allá de su edad reproductiva es porque proporcionan beneficios evolutivos a su descendencia y a sus nietos.
Las pruebas que apoyan esta hipótesis incluyen un estudio sobre el pueblo tradicional Hadza de Tanzania, donde la búsqueda de alimentos por parte de las abuelas mejora el estado nutricional de sus nietos. Otro estudio sobre comunidades tradicionales demostró que la presencia de las abuelas disminuye los intervalos entre nacimientos de sus hijas y aumenta el número de nietos.
Y en sociedades más modernas, se están acumulando pruebas de que la participación positiva de las abuelas está asociada a que los niños tengan mejores resultados en una serie de medidas, como la salud académica, social, de comportamiento y física.
Estudio con 50 participantes
Para el estudio actual, los investigadores querían entender el cerebro de las abuelas sanas y cómo eso puede relacionarse con los beneficios que proporcionan a sus familias. Las 50 participantes en el estudio completaron cuestionarios sobre sus experiencias como abuelas, proporcionando detalles como el tiempo que pasan con sus nietos, las actividades que realizan juntas y el afecto que sienten por ellos.
También se sometieron a una resonancia magnética funcional (fMRI) para medir su función cerebral mientras veían imágenes de su nieto, de un niño desconocido, del padre del mismo sexo del nieto y de un adulto desconocido.
Los resultados mostraron que, mientras veían las imágenes de sus nietos, la mayoría de los participantes mostraban más actividad en las áreas cerebrales relacionadas con la empatía emocional y el movimiento, en comparación con cuando veían las otras imágenes. Las abuelas que activaban más fuertemente las áreas implicadas con la empatía cognitiva al ver las imágenes de su nieto informaron en el cuestionario que deseaban una mayor implicación en el cuidado del nieto.
Por último, en comparación con los resultados de un estudio anterior del laboratorio de Rilling sobre padres que veían fotos de sus hijos, las abuelas activaban con más fuerza las regiones relacionadas con la empatía emocional y la motivación, por término medio, cuando veían imágenes de sus nietos.