Una investigación desarrollada en Granada ha analizado muestras del banco de leche materna y ha pedido su monitorización constante después de encontrar en casi la totalidad de ellas arsénico, con niveles más elevados que en otros puntos de Europa, y en más de un 80 % restos de mercurio.
Un equipo formado por expertos del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA) ha analizado la presencia de contaminantes ambientales en la leche materna, datos vinculados a la alimentación, el entorno o los hábitos de la madre.
Datos de las muestras del banco de leche materna
El estudio ha utilizado muestras del Banco de Leche del hospital Virgen de las Nieves de Granada y ha detectado niveles de arsénico más elevados que los encontrados en otros estudios en España y Europa y niveles similares de mercurio.
El trabajo ha analizado la concentración de mercurio, plomo, cadmio y arsénico en 242 muestras de leche obtenidas entre 2015 y 2018 de 83 madres donantes y ha unido esos datos a la información sobre sus factores socio-demográficos, reproductivos y de estilo de vida y hábitos de higiene de estas mujeres.
Las donantes que participaron en el estudio tenían una edad media de 33 años, casi la mitad tenía más de un hijo, el 61 % contaba con educación universitaria, el 47% eran exfumadoras y tres de cada diez presentaba sobrepeso u obesidad.
Los metales estudiados son contaminantes ambientales comunes a los que está expuesta la población general, principalmente a través de la dieta, y están asociados con diversos problemas de salud, sobre todo cuando la exposición ocurre durante el embarazo o los primeros años de vida.
"La leche materna es, por consenso, la mejor fuente de alimentación para el bebé, aportando numerosos nutrientes y beneficios para el lactante; pero también podría ser una vía de exposición infantil a contaminantes ambientales presentes en el organismo de la madre", ha explicado el jefe de grupo del CIBERESP en el ibs.GRANADA, Nicolás Olea.
El estudio encontró arsénico en el 97 % de las muestras, mercurio en el 81 %, plomo en casi la mitad (51 %) y cadmio en un 38 % de la leche analizada.
"En comparación con otros estudios europeos y nacionales, como los realizados en Madrid (2003-2004) y Santiago de Compostela (2018-2019), las concentraciones de metales en la leche de donantes de Granada fueron más elevadas para arsénico, similares para mercurio y bastante bajas para plomo y cadmio", ha detallado la firmante principal del estudio, Carmen Freire.
Olea ha subrayado que, dada la vulnerabilidad de los lactantes y muy especialmente de bebés prematuros hospitalizados que reciben leche del banco, sería necesario monitorizar de forma rutinaria la presencia de estos tóxicos ambientales en la leche y dar recomendaciones sobre hábitos saludables a las madres donantes.