Un estudio de la UCM logra un nuevo tratamiento para la fase aguda del ictus
Una investigación que lidera la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha desarrollado un tratamiento para reducir la inflamación cerebral a partir de una molécula 'inmunomoduladora', que ayudará a paliar la fase aguda del ictus isquémico.
A punto de entrar en fase de ensayos clínicos, se espera que esta novedad mejore la respuesta ante esta enfermedad cerebrovascular que provoca 40.000 muertes al año en España y que es la primera causa de muerte en mujeres.
El nuevo tratamiento se basa en una molécula de DNA/RNA denominada aptámero, capaz de reconocer y unirse a dianas terapéuticas con una especificidad muy alta, según indica la universidad en un comunicado.
Su mayor estabilidad y reproducibilidad y su menor inmunogeneicidad y tamaño la convierten en "una alternativa muy ventajosa frente a otros fármacos", añade.
El candidato a fármaco bloquea el receptor de inmunidad innata Toll-like receptor 4 (TLR4), que es clave en la activación de procesos inflamatorios y está implicado en numerosas enfermedades vasculares -ictus, infarto de miocardio, aterosclerosis-, sepsis, esclerosis múltiple, retinitis, enfermedades autoinmunes y cáncer.
El origen de la tecnología que ha permitido el desarrollo de este aptámero se encuentra "en el ámbito académico y es fruto del trabajo de más de diez años", según Ignacio Lizasoain, catedrático del departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UCM.
Estas investigaciones permitieron identificar y caracterizar un conjunto de moléculas frente a dianas farmacológicas en el área terapéutica del ictus y seleccionó este aptámero como "el mejor candidato".
En el desarrollo también participan investigadores de los hospitales 12 de Octubre y el Ramón y Cajal de Madrid; del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) y las compañías biofarmacéuticas Aptus Biotech y AptaTargets SL, dedicadas al desarrollo de moléculas innovadoras basadas en aptámeros.
"Es importante destacar que es un fármaco nacido en el ámbito académico", gracias a la financiación por parte del Plan Nacional del Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco) y del Instituto de Salud Carlos III", según la Complutense.
Los resultados atrajeron inversores externos y, en marzo de 2017, se cerró una ronda de inversión liderada por La Caixa con la participación de Inveready, que logró 3 millones de euros en cuatro años (2017-2020) para los estudios preclínicos regulatorios y ensayos clínicos de seguridad en Fase I con voluntarios sanos, así como en Fase IIa con pacientes diagnosticados de ictus.
El fármaco está patentado a nivel europeo con la participación de la Universidad Complutense de Madrid.
El ictus se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo, con una elevada incidencia en todo el mundo (200-250 casos de media anual por cada 100.000 habitantes).
Sus repercusiones socioeconómicas son de primer orden: además de la elevada mortalidad (en España es la primera causa de muerte en mujeres y la tercera en hombres), es el condicionante más importante de casos de invalidez permanente y es la segunda causa de demencia después de la enfermedad de Alzheimer.
Este nuevo fármaco también podría usarse en otras enfermedades como el infarto agudo de miocardio o la esclerosis múltiple, en las que el receptor TLR4 está implicado, concluye la Complutense.