La revista ¡Hola! ha dado en exclusiva la boda de la marquesa y el empresario, en ella han mostrado todos sus vestidos, han compartido las entrevistas de Tamara e Isabel Preysler y han desvelado los discursos que se produjeron.
El pasado sábado 8 de julio tuvo lugar la esperada boda entre Iñigo Onieva y Tamara Falcó en la histórica propiedad del marqués de Griñón, el palacio El Rincón en la localidad de Aldea del Fresno, ubicado a 60 km de Madrid. El día anterior a la nupcias, los novios celebraron una fiesta privada para 200 personas en el Hotel Ritz Mandarín Oriental, entre los que se encontraban los invitados más jóvenes que acudirían también el día siguiente a la gran boda.
Con un vestido que ha dado mucho que hablar, confeccionado en tiempo récord por Wes Gordon, el director creativo de Carolina Herrera, Tamara tuvo que viajar junto a su madre a Nueva York en numerosas ocasiones hasta estar convencida. Allí decidieron conjuntamente los detalles para la confección del vestido, que finalmente tuvo como elemento clave el bordado central de lirios que concentraba toda la atención del vestido. Cuentan que es la flor favorita y que además su significado es el de la pureza.
El vestido, fue confeccionado en 5 semanas y enviado en dos baúles para su protección. Cuando Isabel Presyler vio el resultado final dijo: "esto sí es un vestido de novia".
Iñigo Onieva, se preparó en la habitación del padre de Tamara, el ya fallecido Carlos Falcó, un gesto que dicen "emocionó" mucho a la novia. El novio estuvo rodeado por más de una veintena de testigos que le acompañaron en la ceremonia además del resto de sus amigos y de la presencia de su familias Mola y Onieva. Onieva lució un traje sobrio de color azul marino con un chaqué largo.
Tamara se ubicó en la habitación de la "Tía Paloma", que estaba decorada con las flores favoritas de la marquesa. La decoración floral imperó en el espacio, compuesta por peonías, rosas de jardín y tulipanes, en lo que fue un regalo de su amiga Khali El Assir, para adornar la finca de manera sencilla y la elegante. Allí, realizó el cambio de su segundo traje de la noche, también confeccionado por Wes Gordon pero en esta pieza la marquesa de Griñón confió plenamente en el diseñador. Lo que supuso un acierto total, en el vestido de color beis y que estaba diseñado para disfrutar de la segunda parte de la velada.
Íñigo, por último, dio un discurso en el que se mostró arrepentido por sus actos del pasado y pidió perdón a su familia política ante los 400 invitados, después de que Manuel Falcó le señalara directamente "Iñigo, hay que pedir perdón". El empresario alabó la figura de su mujer, a la que agradeció su confianza y perseverancia, diciendo "no merecer su amor" y "ayudarle a ser una mejor persona" gracias a ella que dice "está a otro nivel de persona".