Subirán considera que sería "imprescindible" la mediación de la Iglesia católica a la hora de evitar que los restos del dictador sean enterrados en la cripta de la catedral madrileña. Esto es así porque en virtud de los Acuerdos con la Santa Sede firmados por España en 1979, la Almudena, como lugar de culto, tiene garantizada la inviolabilidad y cuenta con inmunidad frente al poder estatal.
Además, al ser los Acuerdos Iglesia-Estado pactos internacionales, "tienen un carácter superior al de las leyes orgánicas o leyes ordinarias", por lo que el Gobierno no puede recurrir a la Ley de Memoria Histórica para evitar el enterramiento. Subirán ha señalado que, efectivamente, trasladar los restos de Franco a la Almudena puede atentar contra los artículos 15 y 16 de dicha ley y del preámbulo del real decreto, que hablan de enaltecimiento del franquismo, lo que, de no existir dichos acuerdos, habilitaría al Ejecutivo para impedir el enterramiento de los restos del dictador.
"La que tiene la última palabra es la Iglesia, porque es un lugar inviolable", ha afirmado este experto en derecho eclesiástico, que ha señalado que lo único que puede hacer esta institución para evitarlo es "argumentar la necesidad de preservar un bien superior". Por ejemplo, el arzobispado de Madrid podría decir que enterrar a Franco en la cripta de la Almudena puede alterar el normal funcionamiento de la catedral, ha dicho. Porque, en todo caso, la familia Franco, como propietaria de la sepultura que hay en el interior de la catedral, está en su derecho de llevar hasta ahí los restos del dictador. "El Gobierno poco puede hacer", concluye Subirán, quien opina que esta cuestión está en manos de la Iglesia y de la familia.