Expertos dicen que la mayoría de violadores se rehabilita y la reincidencia es del 10%
La mayoría de los violadores se rehabilita y reinserta en la sociedad española tras cumplir la condena y la tasa de reincidencia se sitúa en el 10% en España, según la psicóloga forense Rocío Gómez.
Sin embargo, la terapia individualizada para los agresores sexuales en los centros penitenciarios es infrecuente y hay algunos casos en los que el condenado queda en libertad sin haberse rehabilitado, con exámenes forenses que determinan un alto nivel de peligrosidad.
"En muchas ocasiones el mero cumplimiento de la pena no lleva a que esa persona haya podido recuperarse", explica en una entrevista con Efe la experta, miembro del Gabinete de Psicólogos Forenses en los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria de Madrid.
"Ha pasado muchas veces" que el violador sale a la calle con exámenes desfavorables que determinan que su nivel de peligrosidad y riesgo es muy alto, continúa.
La experta destaca que el nuevo Código Penal contempla prisión permanente revisable o libertad vigilada para estos casos, pero matiza que son medidas que no se están poniendo en práctica porque la Ley está impugnada en el Tribunal Constitucional.
"No se están haciendo cosas que son necesarias de cara sobre todo al seguimiento y al control de personas que habiendo cumplido la condena siguen siendo igual de peligrosas", subraya.
Es el caso del "violador de la Paz", detenido en Segovia por cuatro agresiones sexuales cometidas en el entorno de ese hospital madrileño, que ha resultado ser Pedro Luis Gallego, conocido como el "violador del ascensor" quien, condenado por dos asesinatos y 18 agresiones sexuales, quedó en libertad en 2013 en aplicación del fin de la doctrina Parot.
Se trata del tercer violador que vuelve a cometer el mismo tipo de agresión tras ser liberado como consecuencia de la derogación de la citada doctrina.
Gómez, que sostiene que "la rehabilitación es posible y de hecho los porcentajes de reincidencia son muy bajos" -en torno al 10%-, afirma que no se puede generalizar ni encontrar patrones entre esos delincuentes reincidentes.
Incide en que "hay muchísimas personas que han cometido delitos contra la libertad sexual que están en una situación de tercer grado y de libertad condicional" que no repiten los delitos por los que fueron condenados.
La psicóloga forense reconoce que en determinadas ocasiones hay agresores sexuales que cumplen su condena y quedan en libertad sin haber logrado rehabilitarse.
"Cuando una persona reitera una conducta es porque no ha resuelto el problema que está generando ese daño", manifiesta.
La psicóloga asevera que los violadores no tienen -en la mayoría de los casos- una enfermedad mental, sino "elementos alterados que pueden ser perfectamente tratados" con terapia psicológica.
Sin embargo, en las prisiones los "tratamientos individualizados son muy limitados. Hay mucho menos de lo necesario" debido al "bajo presupuesto".
En algunos centros penitenciarios se llevan a cabo terapias grupales, pero a juicio de la experta es necesario un abordaje individualizado para realizar un diagnóstico que permita detectar "dónde está la carencia de la alteración sexual" y poder "centralizar el tratamiento".
Esa carencia puede tener que ver, aclara, con problemas en la identificación u orientación sexual o con "alteraciones en la gratificación sexual", esto es, que el individuo sólo sienta placer si fuerza a la otra persona.
Gómez reconoce que en el ámbito de la conducta humana no hay verdades absolutas y que al igual que algunos violadores evolucionarán gracias al tratamiento, otros tendrán una vida "bastante aceptable y normalizada" incluso sin terapia y en algunos casos no se logrará la rehabilitación ni siquiera con intervención psicológica.
A la hora de evaluar si el violador condenado se puede reintegrar en la sociedad o puede tener algún beneficio penitenciario, se tienen en cuenta tres aspectos: el éxito del tratamiento del preso, su asunción de responsabilidad y el "ajuste psicoemocional".