Con la llegada del frío también vuelve la gripe. Esta enfermedad infecciosa que afecta al aparato respiratorio se distribuye mundialmente cada año, llegando a afectar entre tres y cuatro veces a una de cada cuatro personas, tal y como apunta una encuesta realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO).
Por norma general, las gripes suelen presentar síntomas leves como, por ejemplo: cansancio, debilidad, diarrea, escalofríos, fiebre, sudoración, tos, vómitos y distintos dolores (de cabeza, de garganta, de músculos…). No obstante, hay quienes están en riesgo de complicaciones, por lo que deben acudir a un médico que le recete medicamentos antivirales que prevengan problemas más serios.
Factores de riesgo de la gripe
Estos son los factores que pueden aumentar el riesgo de contraer la gripe:
- Alteraciones del sueño: no dormir, al menos, ocho horas diarias, hace que el organismo no reponga las fuerzas necesarias que necesita en un día, por lo que la falta de sueño provoca un mayor riesgo a la hora de desarrollar una gripe.
- Edad: suele afectar a los niños de entre 6 meses y 5 años, así como a los adultos mayores de 65 años.
- Enfermedades crónicas: el riesgo de sufrir complicaciones por la gripe aumenta cuando el paciente es diagnosticado de los siguientes problemas: asma, anormalidades en las vías respiratorias, diabetes, trastornos metabólicos o enfermedades cardiacas, del hígado, pulmonares, de los riñones, de la sangre, o del sistema nervioso.
- El tabaco y el alcohol: este tipo de tóxicos debilitan el sistema inmune, la red que se encarga de combatir infecciones y otras enfermedades. Si no está fortalecida, se puede producir la entrada de gérmenes y microorganismos, dando lugar a una gripe.
- Embarazo: las mujeres en periodo de gestación tienen más probabilidades de desarrollar dificultades por la gripe, especialmente en las últimas etapas del embarazo, pudiendo llegar a padecer otras patologías como bronquitis. Además, según el National Health Service in England (NHS), estar contagiadas podría provocar un parto prematuro o incluso la muerte del bebé.
- Estar contagiado de Covid-19: ser infectado por el virus de la gripe y la Covid-19 simultáneamente, aumenta el riesgo de ingresar en cuidados intensivos, o en el peor de los casos, acrecienta las probabilidades de muerte.
- Mala higiene: la gripe se transmite mediante el contacto de una persona a otra, así que las personas que no se lavan las manos tienen un riesgo más alto de contraer y propagar la enfermedad. Asimismo, tocarse la boca, la nariz y los ojos con las manos sucias puede expandir gérmenes por todo el cuerpo.
- Malos hábitos alimenticios: tener una alimentación sana y equilibrada que le aporte al organismo las vitaminas y minerales que necesita para protegerlo de los agentes externos, es importante para fortalecer las defensas y por consiguiente, el sistema inmune.
- Obesidad: algunos estudios apuntan a que aquellos que tienen un índice de masa corporal más elevado tienden a padecer un cuadro de gripe más grave, además de que suelen estar contagiados durante mucho más tiempo que los que tienen un IMC menor.
- Permanecer mucho tiempo en espacios cerrados: estar en lugares donde la concurrencia de gente es habitual o no ventilar de forma adecuada las zonas aumenta la posibilidad de contagio. Las personas que viven o trabajan en sitios como hospitales o asilos de ancianos también corren un mayor riesgo.
- Raza: los indios nativos americanos tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones derivadas de la gripe.
- Sistema inmunitario débil (Inmunosupresión): el riesgo de gravedad es mayor cuando se está en pleno tratamiento contra el cáncer, se ingieren fármacos receptores de trasplantes o se padece el VIH. En estas circunstancias, la respuesta inmune, que es la encargada de combatir infecciones, se encuentra mermada o incapacitada, complicando los síntomas de la gripe.
Síntomas que alertan de complicaciones
Si presentas estas señales, significa que tu gripe está evolucionando negativamente y presentan complicaciones, por lo que es necesario acudir a un médico:
- Afecciones de salud ya existentes que empeoran
- Bronquitis
- Convulsiones
- Dificultad para respirar o falta de aire
- Dolores musculares intensos
- Dolor en el pecho
- Gran debilidad
- Infecciones del oído
- Mareos constantes
- Neumonía
- Problemas de corazón
- Síndrome de dificultad respiratoria aguda