El X aniversario de reinado de Felipe VI ha ocasionado que el palacio de La Zarzuela haya distribuido una serie de nuevas fotografías del Rey, solo, trabajando en su despacho presidido por el gran cuadro de Carlos III que pintó Antonio Rafael Mengs. Carlos III siempre ha sido un referente para el actual Rey y esta pintura preside su despacho desde que fue proclamado hace ahora diez años.
Las siete fotografías se acompañan con un vídeo, en el que se puede ver al Jefe del Estado trabajando sobre documentos o mirando a través de las grandes cristaleras hacia los jardines exteriores. Vemos un Rey más maduro, con el pelo y a barba más canosos y con su rostro que también va dejando señales del paso del tiempo. Esta década ha sido muy positiva pero no ha estado exenta de contratiempos institucionales y familiares. El paso del tiempo se refleja también en los relojes históricos que Don Felipe mantiene en su estancia de trabajo, el primer despacho del país.
La Jefatura del Estado se ejerce desde uno mismo
Ante todo las imágenes muestran la soledad del monarca demostrando que a la hora de la verdad, la Jefatura del Estado se ejerce desde uno mismo. Está el apoyo permanente de la Reina Letizia, hay asesores, hay expertos alrededor, pero al final es una tarea de uno mismo.
Es destacable que la mirada del Rey en ningún momento se dirige directamente la cámara, sino al horizonte a través de las amplias cristaleras, o hacia los documentos en su solemne mesa de despacho. Seguramente se trata de fotografías muy pensadas, por todos los elementos que hay alrededor del la figura del monarca.
Nacho Gay, director de Vanitatis, ha analizado las fotografías esta mañana en el programa 'Por fin no es lunes' de Jaime Cantizano, en Onda Cero: "Creo que hay un experto en lanzar mensajes desde estas fotografías. Porque si amplías las fotografías, puedes leer tres títulos de libros en ellas. Y son 'España en su Laberinto' del exministro de asuntos exteriores, José Manuel García Margallo, que habla con añoranza de una España del pasado triunfal, con crecimiento económico e internacionalmente importante en la Otan, la Unión Europea, es decir, es un libro pesimista sobre la España actual. El otro libro sobre la mesa es 'La Gran Ilusión, Diario Secreto del Brexit', que es un libro pesimista sobre la Europa actual y luego tiene un libro que es 'Imagen Perfecta', de Kiku Adatto, que es una profesora de la Universidad de Harvard, un libro pesimista sobre el mundo global actual, sobre cómo se está utilizando la imagen en la política y en la comunicación".
"Yo creo que lo que nos está diciendo el Rey con estas fotografías que no tienen ningún valor artístico, pero sí semiótico es, yo aquí desde mi despacho y sin chaqueta, veo el mundo y no me gusta, y creo que hay que trabajar para cambiarlo".
Cabe destacar que tres de las fotografías elegidas hayas sido realizadas en blanco y negro, en una conexión con el pasado y la tradición.
Los elementos institucionales, grandes protagonistas
Los elementos institucionales y decorativos que aparecen en torno al Rey son lógicamente las banderas de España y de la Unión Europea y también su Guión personal en color carmesí. Las fotografías familiares también son destacables. Está la fotografía que Cristina García Rodero le hizo en 2012 junto a la princesa de Asturias y la Infanta Sofía. Otra imagen de los Reyes con sus hijas en Asturias. Y también la conexión con sus padres, porque se puede observar una fotografía del día de su Proclamación hace diez años, en el balcón del Palacio Real en la que aparecen también Juan Carlos I y la Reina Sofía.
Dos elementos más no deben pasar desapercibidos y son la escultura con motivo del Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo de 2008 que el Rey tiene en su mesa y que recuerdan que el Rey siempre ha estado junto a las víctimas desde el minuto uno de su reinado. No en vano el primer acto que tuvo lugar nada más ser proclamado Jefe del Estado, fue un encuentro cercano con las víctimas de la lacra terrorista.
Y el otro elemento son los recuerdos de carácter deportivo que el Rey guarda en su despacho. Una reproducción de la Copa del Mundo de Fútbol de cuando España se alzó con la victoria en Sudáfrica en 2008. Aún es recordada la simpática imagen de la Princesa de Asturias y su hermana la Infanta Sofía, siendo unas niñas, metiendo el brazo en la copa para ver que había en el fondo, en una divertida fotografía junto a los jugadores de la Selección.
Y también se pueden ver no pocos elementos que enlazan la figura de Don Felipe con el mar, una de sus grande pasiones heredadas de su padre y sobre todo de su abuelo, Don Juan de Borbón.
El discurso de "ejemplaridad" del rey
El 19 de junio de 2014 Felipe VI se presentó ante las Cortes en la ceremonia de proclamación con un discurso de "ejemplaridad" que ha ido desarrollando en estos diez años y cuyo objetivo era recuperar la debilitada imagen de la Corona, asediada hace una década por los escándalos que afectaban tanto a Don Juan Carlos como a otros miembros de la Familia Real.
Esa voluntad de transparencia, de la que ha intentado hacer gala dando a conocer incluso su patrimonio personal en 2023 y publicando todos los regalos que recibe como resultado de su actividad institucional, y su defensa de la Constitución y de la unidad de España han sido sin duda las dos principales señas de identidad de esta primera década en el trono.
En aquel primer discurso, Don Felipe sostuvo que el Rey debe "ser símbolo de la unidad y permanencia del Estado", "respetar el principio de separación de poderes" y mantener la "neutralidad política". "Encontrarán en mí a un jefe del Estado leal y dispuesto a escuchar, a comprender, a advertir y a aconsejar y también a defender siempre los intereses generales", aseguró.
Además, hizo especial hincapié en que "la Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza" y también cumplir con su exigencia de "ejemplaridad" a quienes protagonizan la vida pública. "El Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no solo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de todos los ciudadanos", defendió.
Más de 160 viajes internacionales y casi 4.000 actividades
Más de 160 viajes fuera de España, más de 900 discursos pronunciados y cerca de 4.000 actividades. Ese es el balance de los diez años de reinado de Felipe VI y la Reina Letizia cuya agenda de actos no se vio ni siquiera detenida por la pandemia de COVID-19 durante 2020 y el arranque de 2021, a la luz de los datos recopilados por Zarzuela.
En los diez años transcurridos desde que el 19 de junio Don Felipe fuera proclamado Rey, los miembros de la Familia Real en su conjunto --los Reyes, sus dos hijas así como los Reyes eméritos, aunque Don Juan Carlos se retiró de la vida pública en junio de 2019-- han llevado a cabo un total de 3.984 actividades hasta el 31 de mayo.
El grueso de las mismas recae sobre Don Felipe y Doña Letizia, tanto juntos como por separado, mientras que la Reina Sofía mantiene una agenda de actos mucho menos frecuentes y en el caso de la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, esta es muy escasa aunque cada vez más incipiente, sobre todo en lo que respecta a la heredera del trono.
En el total de actividades se incluyen 3.208 audiencias, en las que han sido recibidas más de 25.000 personas, lo que supone una media de 321 audiencias al año y 2.500 personas recibidas, entre ellas mandatarios y líderes internacionales (17,6%), si bien predominaron las de carácter institucional (35,8%).
El mensaje del Rey por el 'procés', el más relevante
De todos los discursos que ha pronunciado, sin duda el más relevante fue el mensaje que dirigió a la nación el 3 de octubre de 2017 por el 'procés' de Cataluña tras la declaración unilateral de independencia.
"Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. (...) Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando -desgraciadamente- a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada", destacó el Monarca, aunque envío un mensaje de esperanza y su firme compromiso "con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España".
