Al recibir el Premio Extraordinario Torre del Oro en Sevilla, Felipe VI ha hecho un contundente llamamiento al entendimiento de los países iberoamericanos, más allá de nuestras diferencias culturales o ideológicas puntuales. El mensaje es especialmente importante ante el revisionismo que de la Conquista de América intentan hacer algunos gobiernos iberoamericanos alegando estar del lado de los indígenas.
Multiplicar los lazos con Iberoamérica
"Seña de identidad de la Corona es, -afirma el Rey- ayudar a reforzar y multiplicar los lazos de conocimiento mutuo, de cooperación, de solidaridad y de afecto con Hispanoamérica y con toda la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Ser parte de ese gran “territorio de La Mancha”, como lo llamó nuestro Carlos Fuentes, “que convierte el Atlántico en puente, no en abismo...”, y que describía como el “más grande país del mundo” ha asegurado Felipe VI.
En los diez años que Felipe VI lleva como jefe de Estado -y antes como Príncipe de Asturias- han enseñado al Rey a conocerse "cada día más en “ese gran país”. Su primer viaje oficial fue con 15 años en 1983, para participar en los actos del 450 aniversario de la fundación de Cartagena de Indias. En estos más de cuarenta años, Felipe VI ha mantenido su vinculación con América con más de un centenar de viajes oficiales a la región, que "me han permitido conocer bastante los países hermanos de Iberoamérica, participar de los grandes momentos de su vida institucional y política, de sus encuentros multilaterales.
"No me podría conocer como soy ahora sin ese poso iberoamericano
"No me podría reconocer como soy ahora, sinceramente, sin ese poso iberoamericano, que no es solo un elemento determinante en mi manera de ver el mundo, y de entender nuestro lugar (de España) en él, sino también una vocación de poner en práctica nuestra hermandad, de comprender y asumir nuestra historia compartida, y de ganar así un futuro mejor para todos nuestros ciudadanos", ha señalado el Rey.
El valor del las Cumbres Iberoamericanas
Ante la próxima celebración en Cuenca -Ecuador- de la Cumbre Iberoamericana, Felipe VI ha señalado que esta reunión tradicional entre pueblos iberoamericanos, "constituye un marco eficaz para el desarrollo constructivo de nuestras relaciones, reforzado a partir de 2003 por la creación de la Sec. General Iberoamericana".
"Ningún marco multilateral es perfecto ni está nunca del todo acabado, como ninguna obra humana lo es ni lo está, pero el sistema iberoamericano ha demostrado con creces su utilidad y su potencial; así como su robustez ante la diversidad de crisis (regionale e internas de algunos países), ante las divisorias ideológicas o la polarización y ante los shocks externos o globales con causas más lejanas o ajenas. Sigamos fortalececiéndolo, explorando sus recursos y posibilidades, renovando año tras año nuestro compromiso con las Cumbres".
Iberoamérica nos invita a un gran encuentro
Iberoamérica nos invita -señala el Rey- a hacer de nuestra vida un gran encuentro. "Al encuentro debe llevarnos la historia: que nos ha unido, con sus etapas, circunstancias, contextos, conflictos y cooperaciones, sufrimientos y hermandades... Pero sobre todo, debemos centrarnos en trabajar sobre el presente de cada día, para no mal lograr las enormes oportunidades que nos ofrece de aspirar realmente a un futuro mejor sobre la base cierta, firme y tangible que podemos labrar juntos, los iberoamericanos".
Les agradezco, ha dicho el Rey que, con este Premio Extraordinario “Torre del Oro”, reconozcan a la Corona en mi persona y mi compromiso con Iberoamérica."Tengan por seguro que seguiré invirtiendo mis energías, y lo que pueda aportar de conocimiento y capacidad, en esta noble causa; en esta causa (tomando prestada una frase de Federico GL), “tan rica de aventura”.
Buque escuela Juan Sebastián Elcano
En 1987 me embarqué en el Elcano, como guardiamarina, para recorrer el mundo en el 58º crucero de instrucción; toqué, entre otros, los puertos de Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Río de Janeiro, Buenos Aires, Montevideo, Salvador de Bahía, Santo Domingo y Baltimore (en la bahía de Chesapeake). Pronto mi hija Leonor, la Princesa de Asturias, hará también a bordo ese viaje iniciático y formativo (aunque no igual), dando continuidad a la tradicional vinculación de la Corona con la mar, con la Armada, y conociendo a países, pueblos y culturas sin las que la nuestra propia no se entendería.