El caso de Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) que fue condenada por la sustracción de sus dos hijos en 2017, ha dado un giro inesperado. La Fiscalía de Cagliari, en Italia, ha procesado formalmente a su exmarido, Francesco Arcuri, por presuntos malos tratos a los hijos en común, Gabriel y Daniel Arcuri Rivas.
Según el equipo jurídico de Juana Rivas, el pasado 14 de noviembre la Fiscalía italiana concluyó las investigaciones y presentó un escrito de procesamiento contra Arcuri. En este documento, se le acusa de someter habitualmente a sus hijos a violencia física, insultos, amenazas y vejaciones. Estas acusaciones han generado una profunda preocupación por la seguridad del hijo menor, quien reside actualmente en Italia con su padre.
"Es intolerable que un menor siga viviendo con su padre tras la existencia de un proceso penal abierto por maltratarle y con pruebas suficientes para imputarlo", afirmó el despacho de abogados de Carlos Aránguez, encargado de la defensa de Juana Rivas. Por ello, han instado a las autoridades competentes a adoptar medidas inmediatas para garantizar la protección del menor.
El impacto en los hijos de Juana Rivas
El caso ha suscitado aún más interés con la publicación de un vídeo del hijo mayor de Juana Rivas, quien desde España solicita ayuda para su hermano menor. En sus declaraciones, asegura que su hermano "vive con un maltratador" y está "en riesgo de muerte". Según el joven, él mismo sufrió un ambiente de miedo y abuso hasta los 16 años, y ve reflejados esos mismos temores en su hermano menor.
"Conozco a mi padre y sé que no es capaz de controlar su impulsividad y su ira. Mi hermano está en gran peligro", afirma el hijo mayor en un escrito dirigido a la Fiscalía General de Cagliari.
La batalla legal entre Rivas y Arcuri
Juana Rivas fue condenada en España a cinco años de prisión por dos delitos de sustracción de menores, una pena que fue rebajada posteriormente por el Tribunal Supremo a dos años y medio. En julio de 2022, Rivas recibió un indulto parcial que le permitió cumplir su condena con trabajos en beneficio de la comunidad.
El conflicto legal con Arcuri comenzó en 2017, cuando Rivas se negó a entregar a sus hijos al padre, alegando que intentaba protegerlos de un hombre que ya había sido condenado por violencia de género en 2009. En 2016, Juana presentó otra denuncia contra Arcuri por maltrato, aunque este no fue condenado por esos hechos.
En marzo de 2023, el Tribunal Supremo italiano anuló una sentencia que había separado a los hijos de la expareja y ordenó repetir el juicio civil. Desde entonces, el hijo mayor vive en España con su madre, mientras que el menor continúa residiendo en Carloforte (Italia) con Arcuri, a la espera de que se resuelva la situación judicial.