Según el escrito acusatorio, el fiscal pide la apertura de juicio oral contra el dueño de la finca, David Serrano, y que indemnice a los padres del menor por la muerte de su hijo y a la Junta de Andalucía por el valor de los daños y perjuicios causados que se determinen en ejecución de sentencia.
El fiscal afirma que el acusado "era el único conocedor de la presencia del pozo" y "a sabiendas de todo ello y de la falta de protección suficiente y adecuada, no adoptó media alguna para evitar cualquier posible resultado lesivo, poniendo en peligro la vida de los dos menores; su propia hija y Julen, que finalmente cayó por él".
El ministerio público relata que el 13 de enero de 2018 el acusado acudió en compañía de su pareja y su hija menor así como los padres de Julen y el pequeño a dicha parcela con la intención de hacer un arroz y pasar el día en el campo.
Los dos hombres iniciaron las tareas necesarias para preparar la comida; colocaron unas sillas, una mesa y el fuego, mientras que los menores estaban con sus madres, hasta que la madre de Julen se sintió indispuesta y pidió al padre que se quedara al cuidado del pequeño.
Julen se bajó de la silla y se metió en la zanja o canalización en forma de "L" de poca profundidad que había en la zona pero se puso a correr por los padres salieron corriendo detrás con la finalizad de pararlo y evitar que se hiciera daño.
Los progenitores temieron que se pudiera hacer daño con las piedras o las paredes de la zanja pero al llegar a la zona curva de la "L" siguió la carrera y llegó a su extremo final donde desapareció de la vista de los padres, tras colarse por la boca del pozo.
El fiscal mantiene que los padres de Julen y la pareja del acusado "desconocían" que estaban preparando la comida a "diecisiete metros de distancia de un pozo sin tapar"; tampoco tenían conocimiento de que al final de la zanja en forma de "L" en el lado corto, estaba dicho pozo; y no sabían que Julen corría en dirección hacia éste.
El ministerio público insiste en que el acusado "era el único conocedor" y que los demás "desconocían la presencia del pozo ya que "apenas se veía, pues estaba a ras del suelo de la zanja.
El padre intentó sacarlo sin éxito, se lesionó los brazos y metió una goma de regar para que Julen se agarrara, "pero era imposible, pues desconocía que el pozo tenía 110 metros de profundidad y el menor ya se había precipitado hasta el fondo".
Las operaciones de rescate precisaron de la intervención y despliegue de un gran número de personas, de bomberos, numerosos expertos, empresas especializadas, equipos de salvamento minero y grupos de montaña que despertaron la atención mundial y el "sacrificio y entrega de todos los participantes" que trabajaron sin descanso, lo que para el fiscal, "nos enorgullece como país".
El pequeño fue rescatado sin vida el 26 de enero aproximadamente a las 3.29 horas de la madrugada y la causa fundamental de su muerte fue por precipitación.