El director científico del Programa de Prevención del Alzheimer que impulsa la fundación, José Luis Molinuevo, ha explicado que actualmente hay un vacío en la prevención y abordaje del riesgo de demencia en el sistema sanitario, por lo que buscan "generar conocimiento objetivo que pueda incorporar" y validar herramientas, y presentarlas a las autoridades sanitarias.
"Hay que saber cómo detectar la población de riesgo, informarla de forma adecuada y tratar de prevenir", para lo que buscan validar los efectos de la prevención y detectar si se produce impacto emocional al conocerse el porcentaje de riesgo, a través de la nueva Unidad de Investigación Clínica en Prevención de la Demencia del BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC) --que forma parte de la fundación--.
El estudio necesita incorporar a 400 voluntarios de entre 60 y 80 años, que estén experimentando una disminución de la memoria o de otras capacidades cognitivas pero no tengan diagnóstico de Alzheimer ni estén participando en otro estudio, y que seleccionarán en función al riesgo que detecten en un cuestionario en la web 'prevenciondemencia.org'.
Los investigadores seguirán a los seleccionados durante tres años, en los que recibirán visitas de un neurólogo y pruebas cognitivas --de neuroimagen y genéticas--, y en base a la información recogida, un algoritmo calculará el porcentaje estimado de riesgo de sufrir demencia en los próximos cinco años.
En función a éste, ofrecerán a los voluntarios un plan de acción personalizado, con estrategias para mejorar condiciones específicas y programas que tiene el centro actualmente, además de ofrecérsele la posibilidad de participar en estudios específicos y ensayos clínicos de prevención.
El estudio demostrará si hay una base biológica asociada al algoritmo de riesgo calculado, lo que permitirá validarlo o no para su uso en el sistema sanitario, así como modular y perfeccionar la estimación de riesgo, sobre la que han destacado que es "una probabilidad, no una certeza", y que influyen muchas variables.
"Cada vez hay más evidencias científicas que apuntan que la posibilidad de sufrir demencia aumenta o disminuye en función de la combinación de diferentes factores de riesgo", entre los que hay algunos no modificables --como la edad y la genética--, y otros modificables --como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol, el tabaquismo y el sobrepeso, por ejemplo--.
Ante el actual envejecimiento de la población y la prevalencia de la demencia, "para las autoridades sanitarias siempre será mucho más rentable apoyar herramientas de prevención que pagar y asumir el problema cuando ya está establecido", ha reflexionado Camí, y ha destacado que supondrá también una aportación relevante al ámbito científico.