Hoy comienza agosto, el mes vacacional por excelencia. Con él, la picaresca española se dispara y se ponen en práctica todas esas artimañas heredadas de nuestros abuelos. Pero cuidado, estas leyes no escritas, estos códigos de respeto de antaño, ahora pueden hacer que seas multado. Estamos hablando nada más y nada menos de la práctica ancestral de coger sitio en la playa.
La conocida "guerra de sombrillas" en la que los madrugadores se disputan la primera línea de playa al clavar su sombrilla en el lugar más privilegiado, se ha extendido por las costas españolas. El levante español es uno de los lugares predilectos para llevar a cabo este ejercicio, en el que se dice que las alarmas suenan al unísono en los apartamentos para asegurarse el mejor sitio.
Aunque cada municipio se encarga de regular la normativa de su propia playa a través de sus ordenanzas, la Ley de Costas 22/1988 establece determinadas normas que son comunes a nivel nacional, como el uso privativo de las mismas o la prohibición de acampar.
En el caso de la localidad valenciana de Cullera la multa por dejar la sombrilla sola para reservar un sitio en primera línea de costa asciende a los 3.000 euros. Esta medida se aplica también otros municipios de la comunidad como Oropesa o Calpe, donde se establecen las mismas sanciones, que a través de su dureza pretenden paliar esta situación.
La localidad malagueña de Torrox fue una de las primeras en incluir esta prohibición dentro de sus ordenanzas para el disfrute de playas en 2014. En el artículo 14 de la normativa local queda expresamente recogida la prohibición de reservar un espacio a cualquier hora del día o noche utilizando enseres como sombrillas, tumbonas, mesas o toldos. Se trata de una práctica que podría suponer una multa de 300 euros.
Así sucede en las localidades de Algarrobo, Vélez y Málaga, en la costa oriental de Málaga más concretamente, donde se han aprobado multas de hasta 300 euros para quienes dejen sus enseres sin vigilancia con el único fin de guardar sitio en la playa. En Torrox, la policía local patrulla por la playa para comprobar que se cumple la normativa. En caso de detectar irregularidades, retira los objetos que llevan horas sin dueño. Si éstos los quieren recuperar, deben pagar un precio de retirada de entre 30 y 50 euros, en función de la localidad. Los afectados pueden reclamar sus enseres en comisaría en un plazo de 14 días, antes de que adquieran la categoría de "residuos", pero como algún vecino declara, "prefieren quedarse sin su sombrilla que pagar la multa".
En el caso de San Javier (Murcia), la ordenanza reguladora del uso y aprovechamiento de las playas se modificó el pasado febrero para incluir una prohibición expresa sobre la reserva de espacio con sombrillas, tumbonas o toallas. De hecho, la normativa señala que si este tipo de objetos están solos y dificultan las labores de limpieza, serán retirados y se depositarán en las oficinas de la Policía Local. Sin embargo, la ordenanza no especifica qué tipo de multa comporta.
Con estas medidas se aboga por fomentar la conciencia ciudadana sobre el buen uso del espacio público. Se extrema la vigilancia sobre aquellos que "ponen una sombrilla a las ocho de la mañana y no regresan hasta medio día", intentando así que las playas se liberen.