Según explica el Instituto Armado, la investigación se inició tras recibir una denuncia alertando de la situación. Los agentes del SEPRONA hicieron las primeras comprobaciones con veterinarios oficiales de la Comunidad de Madrid y descubrieron que el centro no tenía permiso para operar y los perros alojados se encontraban en "deficitarias condiciones de alojamiento y mantenimiento".
Conocidos los primeros informes veterinarios, se constató que 29 animales padecían enfermedades tales como dermatitis húmeda, enfermedades periodontales graves, otitis y presencia de parásitos internos y externos que ocasionaban a los animales un dolor, sufrimiento y estrés graves.
En algún caso, incluso la vida del animal estaba en riesgo, como el de una perra de raza yorkshire, la cual se encontraba en avanzado estado de gestación de un feto momificado y que tuvo que ser asistida con carácter de urgencia.
Tras realizar el seguimiento correspondiente y aún ejerciendo desde el centro la actividad de cría y venta de forma clandestina, se intervinieron los 191 animales entre los que destacaban las razas de: labrador, bichón maltés, chihuahua, pomerania yyorkshire.
Por los hechos relacionados con un supuesto maltrato animal, fue investigado el responsable del centro remitiendo las actuaciones al Juzgado de Instrucción correspondiente. La operación ha sido desarrollada por agentes pertenecientes alServicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Madrid.