Según informan en nota de prensa, el pasado 4 de enero, una patrulla de Seguridad Ciudadana del Puesto de Soto de Ribera que realizaba labores de vigilancia por una pista forestal del Naranco, observó una parcela con dos construcciones separadas entre si en un estado de abandono total, con mobiliario tirado en el exterior de la parcela y residuos abandonados.
Los agentes observaron una bolsa de plástico con comida para perros, por lo que accedieron a una de las construcciones. Allí encontraron el cadáver de un perro de raza Bull Terrier rodeado de excrementos, junto a un cubo de agua y comida. La benemérita solicitó la presencia del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) por no encontrarse el habitáculo en condiciones higiénico sanitarias compatibles con la ley de bienestar animal.
Una vez que se personó el Seprona, accedieron a la otra construcción donde se apreciaron numerosos excrementos y otro perro de raza Pitbull que presentaba síntomas de escualidez. Los animales fueron trasladados al Albergue Municipal de Oviedo, donde el veterinario certificó que el animal muerto se encontraba con delgadez extrema debida a inanición, pudiendo ser la causa de la muerte, mientras que el Pitbull presentaba también delgadez extrema.
Los chips implantados en los animales, determinan que el Bull Terrier pertenece a un hombre con domicilio en la localidad de Ribaseca (León), que denunció en noviembre el robo de su perro de una finca anexa a su vivienda. El chip del otro animal encontrado en la finca de Oviedo, de raza Pitbull, muestra como propietario al investigado.
El pasado viernes, la Guardia Civil tomó declaración al vecino de Oviedo investigado por los delitos de hurto y maltrato animal. Las diligencias serán remitidas al Juzgado de Guardia de Oviedo y al Fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo del Principado de Asturias