Antonio Manuel Guerrero ironiza con la cobertura informativa ya que han salido en todos los programas salvo "el más idóneo para nuestro caso: Cuarto Milenio", y con la primera versión de los hechos, con una burundanga que "no dejó rastro ni en las diligencias" y una "extraña" violación grupal en la que víctima y violadores "buscan un hotel, lo graban" y además "presentan la grabación como prueba de cargo".
Del "ansiado" juicio destaca que con él llegaron también "los primeros problemas:'No es no' pero ahora resulta que la chica dice que ella en ningún momento dice que no. Bueno, pues se cambia el eslogan y no pasa nada. 'Si no digo que sí es que no'. Solucionado.'Yo sí te creo hermana'".
Pide además a la víctima que aclare sus testimonios, si eran 4 ó 5, si entró por la fuerza al portal o a fumar un porro, por qué se besó con uno de ellos en ese portal si esta "incómoda" o cómo se puede "justificar la masturbación que protagonizas".
Conocida la sentencia cinco meses después del juicio, Guerrero sostiene que la muchedumbre que ya tenía organizadas las manifestaciones y preparadas las pancartas toma las calles y se pregunta: ¿Pero es que ninguno de los magistrados ve la televisión?,¿Pero es que ninguno tiene redes sociales?, ¿Pero es que ninguno ha leído los artículos del periódico "El Español?, ¿Qué han podido ver para no condenarlos?".
Y con el voto particular "resulta que la historia no es como contaban", subraya, y agrega que el juez disconforme "no es Elisa Beni, Lucía Etxeberria o Joaquín Prat. Es una persona seria,
profesional y que sabe de lo que habla".
"No soy ningún violador, ni abusador, ni odio a las mujeres y no escupo fuego por la boca. Mañana le puede pasar a tu hermano, a tu padre, a tu hijo o a ti mismo y ese día os arrepentiréis de haber apoyado el #yositecreo", avisa, y para concluir afirma que él aún confía en la justicia "y en su independencia".