La Asociación Española de Pediatría alerta sobre el uso de pantallas entre los más pequeños y pide a los padres que den ejemplo en casa y acoten los tiempos. Además, en el ámbito escolar piden que no lo fíen todo a herramientas como las tablets, porque si un niño con ocho años estudia y hace deberes con una tablet sobrepasa las dos horas diarias recomendadas.
Las nuevas tecnologías han venido para quedarse, pero hay que saber gestionarlas. "Hay muchas maneras de entregar un móvil a un hijo: un móvil propio, de última generación; o un móvil que haya en casa que el niño entienda que es de papá y mamá y que el niño entienda que solo va a tener uso para determinadas cosas en determinados momentos", explica la pediatra Mar Salmerón.
Entre sus recomendaciones incluyen marcar límites de tiempo, nada de pantallas hasta los dos años, menos de una hora entre los 3 y los 5, evitar su uso en espacios no compartidos de la casa y ceder a los niños dispositivos antiguos en lugar de regalarles algunos nuevos.
Un uso excesivo e inadecuado de las pantallas a edades tempranas tiene efectos en el desarrollo de los niños en "múltiples esferas", como la reducción de horas de sueño, el aumento y tendencia a la obesidad o las dificultades socioemocionales y del lenguaje.
Además, a mayor tiempo de uso, los pequeños están expuestos a más riesgos, como los de desarrollar dependencia, ser víctima de ciberacoso o acceder a contenido inapropiado, como la pornografía.
Fomentar la actividad física de los niños y jóvenes, evitar distracciones durante el tiempo de estudio, fomentar el ocio en familia fuera de los dispositivos y que los padres sean los primeros en dar ejemplo al adoptar estos hábitos es fundamental.
