Las conversaciones cortas que mantenemos en nuestro día a día pueden resultar en ocasiones forzadas, incómodas o incluso decepcionantes. Sin embargo, son una de las principales herramientas con las que contamos para ir construyendo relaciones duraderas y sanas, además de contribuir a nuestro humor y estado de ánimo.
En un artículo publicado por la televisión estadounidense CNBC la experta en comunicación Lorraine K. Lee señala cuales son las claves para mejorar nuestra comunicación cotidiana, especialmente en estas pequeñas conversaciones, con el objetivo de evitar momentos incómodos y ganar profundidad en nuestros diálogos.
Para la experta el problema con la mayoría de las charlas superficiales es que se realizan en piloto automático, lo que significa que las personas hacen preguntas cuyas respuestas ya pueden predecir como: ¿Cómo estás?¿Cómo está el clima? o ¿Cómo fue tu fin de semana?" Cuando haces preguntas en piloto automático, casi puedes garantizar que recibirás respuestas también en piloto automático: "Estoy bien, gracias. ¿Y tú?" "¡Hace mucho frío!" o "Mi fin de semana estuvo bien, gracias. ¿Y el tuyo?"
Ante estos eventos Lee señala una técnica que puede funcionar de antídoto: El conversational threading o la habilidad de hilar la conversación.
El poder del conversational threading
El conversational threading es una técnica que lleva a interacciones más significativas creando o tirando de "hilos" o pequeños fragmentos atractivos que fomentan una conversación más fluida e interesante. Puede ayudarte a tener mejores conversaciones en tu vida personal y profesional, ya sea en una entrevista de trabajo, en un evento de networking, en una reunión de equipo, en una fiesta o en la fila de una cafetería.
La técnica consiste en ir tirando hilos que la otra persona pueda seguir. En lugar de responder de manera predecible, comparte detalles específicos. Por ejemplo, ante un "¿qué tal?" responde: "Fui a hacer senderismo y celebré el cumpleaños de mi sobrina", lo que invita al interlocutor a plantear preguntas sobre esos temas. También puedes mejorar las respuestas a preguntas comunes haciendo que sean más detalladas y personales, como al explicar un proyecto en el que estás trabajando.
Escuchar activamente y hacer preguntas de seguimiento sobre lo que la otra persona menciona, como "¿Qué te gusta de vivir en San Francisco?", también mantiene la conversación fluida. Si la otra persona no proporciona mucho, puedes hacer observaciones sobre su entorno.
Por último, hacer preguntas más abiertas, como "¿En qué estás emocionado de estar trabajando?", y usar un lenguaje positivo, como "emocionado" o "destacado", puede generar conversaciones más interesantes y constructivas.