Las autoridades neerlandesas han averiguado que, según documentación de la empresa de control de plagas Chickfriend, que se cree la fuente de la contaminación, el fipronil no sólo se distribuyó en unas 200 granjas productoras de huevos sino también en algunas que se dedican a la producción de carne de pollo, informó hoy el diario holandés "AD".
Las empresas cárnicas afectadas, de las que esa publicación no da cifras, tendrán prohibidas las ventas mientras se desarrolla la investigación.
La asociación holandesa agrícola LTO, que representa a unos 50.000 productores, afirma que las granjas afectadas producen tanto huevos como carne de pollo, pero que Chickfriend sólo ha utilizado sus productos en los establecimientos donde hay gallinas ponedoras, dijo su portavoz, Eric Hubers.
Según explicó, las instalaciones donde se mantienen los pollos de engorde se desinfectan concienzudamente cada ocho semanas, que es el tiempo de vida de estos animales hasta que son sacrificados.
Los huevos holandeses contaminados con fipronil han llegado también a supermercados de Bélgica y Alemania, de donde han tenido que ser retirados.
La NVWA dijo en un primer momento que los niveles del pesticida utilizado no implicaban un riesgo para la salud, pero lanzó después una alerta sobre unas series concretas, que recomendó tirar.
Además, la Comisión Europea ha advertido a las autoridades de seguridad alimentaria del Reino Unido, Francia, Suecia y Suiza sobre la posible contaminación de sus suministros de huevos, confirmó esta institución a Efe.
Expertos neerlandeses en inspección de alimentos indicaron al diario "Financieele Dagblad" que, tras años de recortes, ha quedado reducida su capacidad para llevar a cabo controles adecuados.