Bueno, pues en cuestión de días, tema solucionado. Recibió varias llamadas, alguna de hasta una chica de 20 años, que descartó por exceso de juventud, y se ha decantado por un mujer cubana. Tiene 38 años, al final el límite de 37 se lo ha saltado, está divorciada, tiene dos hijos, vive con su madre y dice Alberto que ha quedado con ella el próximo fin de semana para conocerse mejor.
El hombre reconoce que el trato es que se tienen que casar. Dice que él quiere "estabilidad", "tener compañía y que me cuiden". Le han preguntado también algunos periódicos de la zona por el sexo y dice que sí que tiene sus necesidades y que si esta mujer cubana no se lo da, tendrá que buscar a otra. Él dice que se cuida mucho, que sigue haciendo deporte, que sólo tiene un poco de lumbago, y que "no es tonto", que sabe que cualquier mujer joven va a estar por él "por dinero"; pero que no tiene problema alguno en ello siempre que también le de cariño.
Lógicamente, le han preguntado a esta hombre por qué no le deja esa buena herencia a sus hijos. Y ha dicho que, cuando murió su mujer, les regaló un apartamento, lo malvendieron y ahora se lleva fatal con ellos. La herencia a recibir es de cerca de medio millón de euros, porque explica que tiene un piso y una finca que están valorados en 400.000 euros. Pero hay que sumar algo de dinero en metálico y la pensión de viudedad; que no será mala porque él cobra 1.800 euros de pensión.
En su entorno, ya le han avisado del peligro de que llegue una mujer y pueda envenenarle para quedarse con la herencia en diez días. Pero él dice que, de momento, se hace la comida él solo y que por si acaso, el día que venga una mujer a su casa, va a dar aviso al Servicio de Atención a la Personas Mayores del Ayuntamiento. Por si surge algún contratiempo.