El nombre de Proyecto ARI viene dado por su impulsora en España, Ariana, una joven de 18 años con leucemia linfoblástica aguda que conociendo las posibilidades que tenía de morir comenzó una campaña para recaudar fondos para que en España pudiera realizarse a un precio asequible una terapia genética similar a la que había en EEUU.
Ariana murió en 2106 pocos meses después de comenzar este proyecto. Pero su madre Ángela siguió delante y acabó recaudando 1,3 millones de euros. Otro tanto se consiguió con becas.
Esa inversión permitió al Clínic de Barcelona iniciar una investigación académica que ha logrado desarrollar una terapia que modifica genéticamente los linfocitos T para que destruyan las células cancerígenas. Se utilizará en pacientes mayores de 25 años con leucemia linfoblástica aguda.
El 69% de los pacientes que tenían una esperanza de vida de semanas al rechazar su cuerpo otros tratamientos siguen vivos un año después. Y el 47% están libres de la enfermedad.