"Estamos cansadas", ha reconocido la presidenta de la Asociación Ve-la luz, Paula Vázquez, una de las mujeres que ha renunciado a tomar alimentos para denunciar la desprotección de las víctimas de las agresiones machistas.
Ocho mujeres (Gloria, Martina, Patricia, Marian, Susana, Sara, Sonia y Celia) comenzaron esta acción, promovida por la Asociación Ve-la luz, aunque una de ellas, Celia, fue ingresada ayer en un centro hospitalario porque su salud estaba en riesgo.
La portavoz ha atribuido el aumento de crímenes machistas en lo que va de 2017 al alto nivel de sobreseimientos y el bajo número de condenas que hubo el año pasado sobre el total de denuncias por violencia de género.
Y ha precisado que están en conversaciones con representantes de diferentes grupos parlamentarios para que la subcomisión creada en el Congreso para articular un pacto de Estado contra la violencia machista tenga en cuenta sus reivindicaciones.
"Queremos tener presencia en la subcomisión del Congreso y en cualquier negociación de las medidas dirigidas a las mujeres que han sufrido violencia de género", ha subrayado Vázquez.
Entre otras cuestiones, reclaman una ley integral de violencias machistas, en la que se contemple la figura del feminicidio, y el reconocimiento de ayudas para las afectadas por violencia de género semejantes a las reciben las víctimas del terrorismo.
Su principal objetivo es que "cuando una mujer quiera salir del círculo de la violencia encuentre un sistema que la protege y la ayuda a independizarse y recuperarse", ha apuntado Vázquez.
Hasta el momento, 8.600 personas han apoyado las propuestas de la Asociación Ve-la luz, a través de la plataforma change.org, aunque cientos de personas más lo han hecho en papel en la Puerta del Sol.
"Esta es la mayor campaña de sensibilización que se ha llevado a cabo contra la violencia machista en España a coste cero para el Gobierno", ha afirmado Vázquez.
Desde el pasado 9 de febrero, cientos de personas se congregan todas las tardes entre las 18:00 y las 20:00 en la Puerta del Sol para apoyar a las mujeres en huelga de hambre.
Distintos grupos de feministas organizan conciertos, actuaciones y monólogos, junto a la caseta donde se encuentran las protagonistas de la protesta.
El símbolo de la paz se dibuja en el suelo con zapatos rojos, velas, máscaras blancas y carteles con lemas como "Con el maltrato no hay trato" y "Ni una menos".
También se pueden leer consignas como "A la sociedad le indigna más una mujer libre que una mujer asesinada", "Más abrazos y menos tortazos", "El maltrato familiar despreciable y criminal" o "Vive sin miedo".